Ella era una joven sobreviviente, testigo de la desolación desatada por el virus creado en el laboratorio GEN-SYS, donde su madre había trabajado incansablemente. Enfrentó el horror de ver a quienes amaba sucumbir ante la enfermedad, pero en medio d...
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Ojos azules me miraba con intensidad como si fuera un ciervo una de sus grandes presas, esa mirada tan afilada, te daba un escalofrío en todo el cuerpo, con solo verlo no podías mantener una mirada con el, es tan intenso. Pero ahora porque no es tan difícil conmigo?, de verdad que es lo que quiere? Detestaba que un día me tratara bien y al otro día me trataba como si fuera una peste, no lo entiendo que es lo que quiere lograr con eso. No estoy para juegos y menos de parte de él.
—Lo siento.–habló con rigidez, apenas y se lograba escuchar su voz. No quería que lo escuchara pidiendo disculpas.
—Que?- me sorprendió tanto sus palabras, de verdad se esta disculpando?
Wow, la primera vez que me habla a mí y lo mejor es iniciando pidiendo disculpas. ¿Quien lo amenazo?
— ¿Disculparte de que ?, no haz hecho nada. Si te disculpas por ignorarme, tranquilo no es tu obligación hablarme.— dije dando un pequeño suspiro evitando mirarlo no quería lidiar con su mirada retadora, no de nuevo.
Ojos Azules dio un leve gruñido y me agarró de mi antebrazo, su toque fue suave pero con firmeza, apretándome ligeramente. Me gire con rapidez a mirarlo. Me asusté al sentir su tacto, mas que nada por que fue repentino y me sorprendió.
—Niss, sé que no llegaste aquí a lastimar simios.– habló con tranquilidad dándose su tiempo para hablar.—Se que mi padre confía en ti más de lo que yo quisiera intentar.–dijo, le costaba hablar pero lo intentaba, su mano seguía en mí antebrazo mientras sus ojos se daban un paseo en los míos, los analizaba con atención.
—Quiero dar el tiempo para conocerte y ver que es lo que tienes para que mi padre te admire tanto.– su toque se intensificaba con cada palabra que me daba mientras me miraba cada vez suavizándose más.
De verdad? En serio lo está diciendo de verdad?
—Se que dimos un mal paso para un buen comienzo y lo entiendo, sé que no confiabas en mí porque soy humana pero no soy condenable.–sonreí de oreja a oreja mientras le acaricie suavemente su mano que aún estaba posado en la mía.
Suavizó su agarre, él me dio una ultima mirada con delicadeza pero rápidamente se dio cuenta y su vista se dirigió hacia el suelo como si le avergonzara que me vea.
