Ella era una joven sobreviviente, testigo de la desolación desatada por el virus creado en el laboratorio GEN-SYS, donde su madre había trabajado incansablemente. Enfrentó el horror de ver a quienes amaba sucumbir ante la enfermedad, pero en medio d...
Les recomiendo que lo lean con canciones que les gusten, muak 💓
*Cap en edición*
"La lealtad no se proclama, se demuestra a través de acciones que resisten la prueba del tiempo y las adversidades. No siempre saldremos ganando la lucha pero lo importante para mí es el valor que tienes por uno de entregarse por completo al otro.
César y Koba no son simplemente simios inteligentes, son mi escudo. Un escudo que protege no solo mi presente, sino también las sombras de mi pasado. Su presencia en mi vida representa una fuente sensación de fortaleza y consuelo.
La relación que hemos construido es un testimonio de la verdadera lealtad y amor. En cada mirada, en cada gesto, se refleja una lealtad inquebrantable, una conexión que trasciende las palabras y se arraiga en lo más profundo de nuestro ser. Con ellos, cada desafío se convierte en una oportunidad de crecimiento y cada momento difícil, en una prueba superada juntos.
Cada día al observarlos, siento una gratitud inmensa. En sus ojos, encuentro la certeza de que, sin importar las tormentas que enfrentemos, no estoy sola. Con César y Koba a mi lado, sé que siempre habrá una luz guiándome hacia adelante a no rendirme, una esperanza que no se extingue, y una fuerza que nos sostiene frente a cualquier enemigo."
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SF-2013
—Aléjate de nosotras,rara.—la rubia empujó a la pequeña Niss hacia el suelo en el lodo.
—Pero yo quiero jugar con ustedes. —murmuró con una voz entrecortada, llena de tristeza. Sus ojos, nublados por las lágrimas, se fijaron en los niños que se balanceaban alegremente en los columpios, en forma de burla.
—¡Pero nosotras no queremos jugar con una rara como tú, estás infectada de pulgas! —gritó la niña con furia empujándola hacia atrás, sus ojos irradiaban desprecio mientras su mirada estaba fija en la de Niss.
—No soy una rara.—aclaró Niss limpiándose el lodo de la cara.—Tus únicos amigos son los changos.— la rubia volvió hablar mientras daba una carcajada victoriosa.
Los otros niños reían junto a la rubia, encontrando en Niss su fuente de entretenimiento cruel, para ellos ella era su payaso.
—Jamás tendrás amigos, estarás sola por siempre, rara —dijo la niña, apretando los dientes mientras mantenía su mirada fija en Niss, su voz cargada desprecio.
Niss le invadió la ira, odiaba que se rieran de ella peor aún destetaba que la HUMILLARAN.
Con una determinación, Niss agarró un puño de lodo y lo lanzó directamente a la cara de la niña de rizos rubios. Las risas de los demás niños se extinguieron de inmediato, dejando un silencio cargado de sorpresa y temor.
