Ella era una joven sobreviviente, testigo de la desolación desatada por el virus creado en el laboratorio GEN-SYS, donde su madre había trabajado incansablemente. Enfrentó el horror de ver a quienes amaba sucumbir ante la enfermedad, pero en medio d...
Bbs les recomiendo que lo lean con canciones de fondo como que se siente más la emoción ( bueno eso creo yo)
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Niss amaba estar en el río, donde encontraba su refugio perfecto. Disfrutaba relajándose y se deleitaba con la presencia de aves y peces que habitaban aquel entorno sereno.
Fue su madre quien cultivó en Niss ese amor por la naturaleza. Le alentaba a salir y disfrutar de cada rincón, describiéndole con detalle los sonidos del aire y las olas al subir la marea. Aunque Niss solía pensar que su madre exageraba, ahora lo ve irónicamente hermoso, apreciando cada pequeño detalle con una nueva sensibilidad.
Cuando Will le presentó a Niss aquel simio llamado César, Niss sintió una conexión instantánea y profunda. Deseaba estar con César en todo momento, y su apego a Will creció aún más. La ausencia de su padre hacía que Will, con su bondad y dedicación, llenara ese vacío, convirtiéndose en una figura esencial en la vida de Niss.
Niss a su corta edad, su madre, con una visión amorosa del futuro de su hija, decidió que era el momento perfecto para que la pequeña aprendiera lengua de señas, anticipando que este conocimiento sería invaluable para ella. Así fue como decidió que Niss enseñaría lengua de señas a César, con la esperanza de que esta nueva forma de comunicación profundizara su vínculo y les permitiera compartir sus pensamientos y sentimientos de una manera más clara y emotiva.
La conexión entre ellos era palpable.
(...)
Niss pasaba todo su tiempo en el laboratorio con su madre, pues le permitían entrar debido a la relación amorosa que ella mantenía con Steven, el encargado del laboratorio GEN-SYS. Sin embargo, su madre siempre le advertía que no tocara nada ni se acercara a los "experimentados". A pesar de las advertencias, a la pequeña Niss le daba curiosidad un simio con graves heridas en la espalda y en el rostro, especialmente llamándole la atención su ojo, que parecía doloroso de ver.
—Hola chiquito. - Niss se acercó al simio lastimado
El simio solo ladeó su cabeza lentamente viendo fijamente a la pequeña que estaba enfrente de su jaula
—Como te llamas?.- preguntó mientras veía el nombre que tenía en su jaula
—Koba- Niss pronunció su nombre palabra por palabra con lentitud
Era irónico pero era su favorito ya que no hacía tanto ruido.
—Quieres una galletita?.- alzó una bolsa de galletas mientras sacaba una
El simio la observaba con una mirada de confusión, pero percibía en ella, algo que no encontraba en los demás.
