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Un nuevo día comenzaba, las mujeres de la casa ya estaban levantadas preparando el desayuno para cuando los jóvenes y los niños se levantaran.

-Buenos días- saludaron María y Monito entrando a la cocina.
-Buenos días mis niños- dijo doña Lupita abrazándolos.
-Buenos días mamita- dijo María abrazando a Paz.
-Buenos días mi niña- dijo Paz abrazándola y dándole muchos besos.
-Voy a ir a despertar a los muchachos para que vengan a desayunar, también a Ari y Temo- dijo Mireya.
-Nosotros vamos.

Ari y Temo dormían abrazados, pero esa mañana no tenían ganas de levantarse porque habían dormido muy agusto. Se despertaron y sonrieron al verse, un besito de buenos días nunca podía faltar.

-Buenos días Tahi- dijo Temo.
-Buenos días- dijo Ari acariciando el rostro de su novio-. ¿Dormiste bien?
-Estando a tu lado duermo de maravilla.

Acercaron sus rostros y se besaron. La mejor manera de despertar para ellos era con un beso porque sabían que estaban el uno para el otro. Unos toques en la puerta los hicieron separarse ya que recordaron que estaban en una casa con muchas personas.

-¿Quién es?- preguntó Ari.
-Soy María- dijo la niña.
-Es la niña, amor- dijo Temo y se levantaron a abrir-. ¿Qué pasó, pequeña?
-Dijo mi tía Mireya que ya pueden bajar a desayunar.
-Muy bien, ya vamos. Pero ven, para que no te canses en volver a bajar te voy a llevar de caballito.

Ari subió a la niña sobre su espalda y los tres bajaron, Temo sonreía porque le encantaba lo cariñoso que era su novio con los niños y aunque apenas llevaran un día en esa casa poco a poco se irían tomando cariño. Paz servía los platos y sonrió al ver a su hija en la espalda de Ari.

-Buenos días a todos- saludó la pareja al entrar a la cocina.
-Buenos días- saludaron todos.
-¿Cómo durmieron, hijos?- preguntó doña Lupita.
-Muy cómodos, gracias doña Lupita. Y gracias a todos por recibirnos.
-No nos agradezcan, en este hogar siempre tenemos espacio para uno más- dijo Mireya sonriendo.

La pareja se sentó y les sirvieron su desayuno. Ambos sonreían porque realmente se sentían como en familia porque así eran sus desayunos o comidas, el sazón en sus comidas también les recordaba a la tía Blanca.

-De verdad nos hacen sentir como en casa- dijo Ari-. Nosotros también tenemos una gran familia y la comida me recuerda a la que prepara mi tía.
-Esa es nuestra intención, que se sintieran como en casa- dijo Paz-. Aquí lo que menos puede faltar es el amor de una familia.

Los Aristemo juntaron sus frentes y sonrieron porque habían encontrado un bonito hogar, todos sonrieron con ternura al ver la tierna escena, especialmente Pedro Pablo.

El desayuno se basó en plática y risas, los jóvenes platicaban entre ellos para conocerse mejor.

-Entonces son ¿Salo y Pepa?- preguntó Temo.
-Así es, al principio es difícil llamarnos así pero con el tiempo se acostumbran- dijo Pepa.
-¿Y qué los trajo hasta la cuidad?- preguntó Salo.
-Los estudios universitarios, yo voy a estudiar ciencias políticas.
-Y yo continuaré con la carrera de música- dijo Ari-. Fue difícil alejarme de mi familia pero tampoco quería estar tanto tiempo separado de mi lindo novio.

Al escuchar eso Pepa se sintió un poco triste ya que tenía la meta de irse a estudiar a otro país pero aún no se lo contaba a su familia, especialmente porque no quería irse sin hablar de algo con una persona. No quiso que los demás comenzaran a hacerle preguntas así que cambió de tema.

-Oigan, ¿no les gustaría conocer el barrio y un poco de la cuidad?- preguntó Pepa.
-Nos encantaría- dijeron ambos.
-Buena idea, carnal- dijo Salo-. Pero hay que esperar a que lleguen mi Gala y Bosco para ir todos juntos. Ellos les van a agradar.

Continuaron desayunando, Temo miraba un poco extrañado a Pepa porque se había puesto un poco nervioso luego de que comenzaron lo de su llegada. Era demasiado pronto para preguntarle así que le daría su tiempo.

Después de desayunar ya comenzarían a arreglarse, pero como solo había un baño tenían que hacer fila, los Aristemo reían ya que se acostumbrarían a eso.

-¡Camara Pepa, apúrate!- gritaba Salo.
-Les digo que ya voy- dijo Pepa desde adentro del baño.
-Ay muchachos, van a tener que acostumbrarse a esto porque solo hay un baño- dijo Nandy.
-No te preocupes, Nandy- dijo Temo.
-Que bonito suena sus nombres juntos, Aristemo.
-Ese nombre lo crearon mis cuñaditos y mis sobrinos- dijo Ari-. Poco a poco les iremos contando nuestra historia.
-También aquí conocerán nuestra historia porque hemos pasado por momentos difíciles.

Aristemo/BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora