7

390 42 4
                                    

Ari y Temo habían comenzado a trabajar en la fonda de Paz, en su primer día les estaba yendo muy bien.

-Ari, Temo- dijo Paz-. ¿Pueden acompañar a Salo por unas cosas al mercado?
-Claro Paz- dijeron ambos.

Se quitaron sus mandiles y tomaron las bicicletas para irse al mercado. Durante el camino platicaban de muchos temas, la estancia de los Aristemo y los noviazgos. Aunque a la pareja se había hecho un poco extraño que Pepa no los hubiera acompañado, sobretodo porque lo vieron salir muy temprano.

-Oye Salo, ¿y Pepa por qué no vino con nosotros?- preguntó Temo.
-Él se va en las mañanas a casa de mi querido señor suegro a darle asesoría de matemáticas al Bosco- dijo Salo-. Aunque acá entre nos, creo que son pretextos porque se ve que mi carnal le anda tirando la onda a Bosco.
-¿Por qué lo dices?- preguntó Ari con curiosidad.
-Después de que Pepa nos confesó su orientación lo ví más unido a Bosco y no precisamente a una amistad. He querido sacarle la sopa pero me pone muchos paros.

Ari y Temo se miraron con complicidad ya que con esa información tenían un plan en mente, pero lo hablarían cuando salieran de trabajar. Los tres continuaban platicando, pero repentinamente un comentario de Salo dejó confundidos a los Aristemo.

-¿Cómo que ya se sienten seguros?- preguntaron.
-Ay carnales, ustedes ya son como parte de la familia y merecen saber nuestra historia- dijo Salo-. María, esa dulce niña que ya conocen, cuando nació fue robada del hospital. Mi tía Paz no descansaba hasta encontrarla, pero un día encontró a la niña sin saber que era su hija y ella nos contaba todo lo que sufría con su “mamá”. Un día mi tía realizó una prueba de ADN con ayuda de su novio y los resultados fueron positivos, la niña era mi primita María.
-¿Y cómo fue que cayó en manos de otra mujer?
-Antes de morir, el exesposo de mi tía había vendido a la niña y se asoció con esa mujer y cuando mi tía descubrió la verdad Fermín le contó todo, ya sabrán cómo se puso. Pero no fue todo, descubrimos que esa mujer se dedicaba al tráfico de bebés y mandó a matar a la esposa de Esteban.

Ari y Temo quedaron sorprendidos al escuchar esa historia, pues ellos también habían vivido algo similar pero con Guido, pero lo que esa familia había vivido fue más desgarrante.

-Pero ahorita ya podemos vivir tranquilos porque Ginebra, Mauro y sus cómplices ya están en el bote- dijo Salo.
-Lo bueno que se hizo justicia- dijo Ari-. En mi familia pasamos por algo similar, pero también logró hacerse justicia.

A pesar de que fue largo el tema de la plática ya habían llegado al mercado y fueron a comprar las cosas que ocupaban.

Mientras tanto en casa de los Villa de Cortés, Bosco y Pepa habían terminado la asesoría del día. Ahora se encontraban dibujando un rato, ambos se miraban disimuladamente mientras hacían algo en unas hojas blancas. Pepa miraba el dibujo que había hecho, pero no pudo evitar sentirse triste al recordar el tema de la beca, si lo aceptaban tendría que irse.

-¿Estás bien, Pepa?- preguntó Bosco.
-Si, solo pensaba- dijo Pepa y pensó en preguntarle algo-. Oye Bosco, ¿alguna vez has pensado en irte a otra cuidad o país?
-Nunca lo he pensado, pero estaría genial. Me gustaría abrir una escuela de esgrima para niños y jóvenes. ¿A qué se debe la pregunta?
-Solo me dió curiosidad, pero está chido que quieras hacer eso. Nunca es tarde para soñar.

Pepa se había sentido tonto por hacerle esa pregunta, si no sabía cómo decirle a su familia lo de la beca mucho menos sabía sabía cómo decirle a Bosco. Sonrió al ver frente a sus ojos un dibujo de él, era increíble.

-¡Wow!- dijo Pepa impresionado-. ¡¿Lo acabas de pintar?!
-Si, ¿te gusta?- preguntó Bosco un poco sonrojado.
-¡Me encanta, gracias!

Ya se habían abrazado muchas veces pero esa vez era diferente porque Bosco había sentido algo muy especial dentro de su corazón y correspondió al abrazo.

-Perdón Bos, me ganó la emoción- dijo Pepa sonrojandose.
-No te preocupes, Pepa- dijo Bosco volviendo a abrazarlo-. Me gusta abrazarte.

El sentimiento comenzaba a crecer y eso iba a facilitar la misión de los Aristemo para poder unir a esos dos jóvenes. Aunque Pepa aún se sentía triste de aún no poder contarles a su familia y a Bosco su decisión.

Aristemo/BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora