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La cita había salido perfecta, ahora se dirigían a casa. Bosco le había mandado un mensaje a Fobo y este le dijo que en unos minutos pasaría por él.

Llegaron a casa de los Roble, se sentaron en la banqueta mientras esperaban. Bosco ya se sentía más tranquilo y ya sentía la valentía para decirle a su familia, sobretodo porque Pepa lo ayudó y la salida lo hizo olvidar un poco el tema. Pepa lo miraba, pues con eso que le contó sus sentimientos estaban más que confirmados, tomó su mano y eso no le molestó al joven Villa de Cortés.

-¿Cómo te sientes?- preguntó.
-Muy tranquilo y decidido- dijo Bosco-. Ay Pepa, de verdad sabía que podía contar contigo.
-Sabes que siempre podrás contar conmigo. Y en caso de que algo suceda las puertas de mi casa van a estar abiertas para ti.

Ambos se abrazaron, pero a diferencia de otras ocasiones ese abrazo se sintió más diferente porque despertó miles de sentimientos en ambos jóvenes. El sonido de un claxon los hizo separarse, ya habían llegado por Bosco.

-Me tengo que ir a casa- dijo Bosco-. ¿Te veré mañana?
-Mejor nos vemos otro día- dijo Pepa-. Tú necesitas estar mañana con tu familia después de que se los digas.
-Gracias por tus consejos, no sé qué haría sin ti.

Se regalaron una tierna sonrisa y Pepa tuvo la iniciativa en acercarse a Bosco para depositar un pequeño beso en su mejilla. Con Giovanna habían sido besos forzados y no sentía nada, pero ese beso que Pepa le dió lo había sentido diferente ya que estaba lleno de cariño. Después de esa despedida Bosco subió al auto para irse a casa y Pepa entró a la suya, ambos soltaron un suspiro.

-Fobo- lo llamó.
-¿Si, Bosco?- respondió Fobo mientras manejaba.
-Tú eres más cercano a mi Yaya, mañana necesito contarles algo y sé que tal vez no lo va a tomar bien, pero tú eres el único que la puede ayudar a reflexionar.
-Claro Bos, ya sabes que en mí tienes a un amigo.

Pepa había entrado a su casa, no había borrado su sonrisa desde que llegó. La casa estaba en total silencio, ya iba a irse a su cuarto cuando vio a Temo dirigirse a la cocina, este notó su presencia.

-Hola Pepa- lo saludó.
-Hola Temo- dijo Pepa-. ¿Ya se fueron a dormir todos?
-No tiene mucho que terminamos de cenar. Por cierto, ¿ya cenaste?
-Si, Bosco y yo nos comimos unas crepas.
-¡Cuéntame! ¿Cómo les fue?
-Mañana les cuento porque Bosco me confesó algo que no me esperaba y quería hablarlo con su familia.
-Está bien. Pero nos tienes que contar todo.

Los amigos se dieron las buenas noches y Pepa se fue a su cuarto, no sin antes avisarle a su mamá que ya había llegado. Salo ya estaba dormido así que buscó su ropa para dormir y se fue a su cama, iba a revisar su celular justo cuando le llegó un mensaje de Bosco, no pudo evitar sonreír.

Mensaje
B: Ya llegué a mi casa.
P: Me da gusto, me iba a quedar preocupado si no me avisabas.
B: Tranquilo, yo hubiera hecho lo mismo.
P: ¿Estás listo para mañana?
B: Si, Fobo aún no lo sabe pero con la cercanía que tiene con mi abuela sé que la ayudará a reflexionar.
P: Verás que todo saldrá bien. Bueno, ya me voy a dormir porque estoy algo cansado.
B: Si, yo también ya me iré a dormir.

Ambos suspiraron al apagar los celulares y sus sonrisas no se borraban, había sido una linda salida y con la confesión de Bosco ahora todo iba a cambiar.

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Guapuritas, ya saben que aquí Bospa seguirá vivo jeje.

¿Qué les gustaría leer en los siguientes capítulos? Recuerden que no todo está basado en la novela.

Aristemo/BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora