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Había sido un largo día paseando por la cuidad, Ari y Temo habían llegado muy cansados pero felices porque se habían divertido con sus nuevos amigos. Ya se preparaban para ir a dormir, pero como pareja siempre conversaban.

-Oye Tahi, sé que faltan unos días para que entremos a la universidad pero, creo que debemos buscar trabajo porque tendremos gastos con la renta y la escolaridad- dijo Temo.
-Tienes razón, cariño- dijo Ari-. Deberíamos preguntarle a Pepa o a Salo si saben de algún lugar.
-Es increíble esa conexión que tenemos.

Se dieron un beso y antes de que comenzaran a subir de intensidad se escuchó que tocaron la puerta, Temo se levantó a abrir. Era Pepa.

-Hola Pepa, ¿todo bien?- preguntó Temo.
-Hola Temo, ¿puedo hablar contigo y con Ari?- dijo Pepa.
-Claro, pasa.

El joven pasó y se sentó en una silla que se encontraba cerca. Los Aristemo notaban un poco nervioso a Pepa, pero si por algo había recurrido a ellos fue porque sabía que lo ayudarían.

-¿Qué pasa, Pepa?- preguntó Ari-. Si hay algo que quieras contarnos puedes confiar en nosotros.
-De hecho si, hoy que tuve la oportunidad de conocerlos supe que tenía que recurrir a ustedes- dijo Pepa-. ¿Cómo tomaron sus familias la decisión de que se mudarían a la Cuidad de México?

Ari y Temo se miraron, pero por otro lado se sentían listos para dar cualquier tipo de consejos. Pepa ya era su amigo así que lo ayudarían, había otro tema que quisiera hablar con ellos pero ya habría tiempo después.

-Bueno Pepa, este tema a veces es difícil para los padres- dijo Ari-. Al principio se niegan querer dejarte ir, pero van descubriendo que tú necesitas crecer para crear una nueva vida. Mi mamá reflexionó eso en el momento y sabía que tenía que volar junto a Temo.
-Para mí fue un poco más difícil, Pepa- dijo Temo-. Sabía que mi familia me apoyaría pero me dolería separarme de Ari. Pero tras recibir muchos consejos de la familia sabía que nuestro amor no se rompería a la distancia, fue cuando Ari me dió la sorpresa que se vendría conmigo.

Para ese punto Pepa sentía un nudo en la garganta, los Aristemo se miraron y tomaron las manos del joven Roble, fue cuando rompió en llanto y eso preocupó a la pareja. No lo presionarían así que esperarían a que se calmara.

-Perdonen, chicos- dijo Pepa limpiando sus lágrimas.
-Está bien, Pepa- dijo Temo-. A todos nos hace bien llorar y desahogarnos.
-Esta conversación que tuvimos, ¿te hizo llorar por algo?- preguntó Ari.
-Si. Verán, hace un tiempo metí solicitud para irme a estudiar a España y si me dan la beca me tendré que ir para allá. Pero aún no le he dicho a mi mamá y a mi hermano por miedo a que piensen que los voy a abandonar.
-Tranquilo Pepa, aún no te adelantes. Mientras recibes la aceptación de la beca tendrás tiempo para contarle a tu familia, al principio les costará dejarte ir pero con el pasar del tiempo lo irán entendiendo y te dejarán ir.
-Todo a su tiempo, Pepa.

Pepa se sintió más tranquilo, era cierto lo que decían y aún había tiempo para decirle a su familia. Ya era algo tarde así que Pepa ya se iría a dormir para que la pareja pudiera descansar, pero antes les diría algo.

-Oigan, un consejito si les doy- dijo Pepa-. Si quieren tener un bonito momento en pareja pueden organizar algo aquí afuerita, la vista es preciosa.
-Gracias Pepa.

Pepa ahora si se fue, sin duda platicar con la pareja le había ayudado un poco. Pero al verlos juntos los inspiró para algo y sacó su celular para mandar un mensaje.

Mensaje
P: ¿Bosco? ¿Estás dormido?
B: Ya estaba por acostarme, pero ¿qué pasó? ¿Estás bien?
P: ¿Te puedo ver mañana? Me haría mucho bien verte y platicar contigo.
B: ¡Ey! No se vale robar mis frases jaja. Pero si, te veré mañana.
P: Gracias, descansa Mosquito.
B: Descansa Pepa.

Pepa se acostó y al principio le costaba dormirse por tantas cosas que pasaban en su vida, pero lo principal ya lo había hablado con alguien de confianza.

Aristemo/BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora