Aristemo/Bospa

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Los muchachos llegaron a casa de los Roble, los Aristemo se bajaron del auto y se fueron directo a su cuarto, los demás quedaron confundidos pero entendían lo que sucedía.

-Dejemos que ellos arreglen sus problemas- dijo Gala.
-Después de todo los problemas en pareja siempre serán normales, pero teniendo una buena comunicación se pueden arreglar- dijo Salo.

Pepa estaba con la mirada pérdida pensando en la situación, sabía que en algún momento Bosco y él tendrían problemas de celos que de inmediato arreglarían, pero le asustaba la discusión que tendrían cuando le dijera sobre su beca en España. Sonrió al sentir un tierno beso en su mejilla.

-¿Qué pasa, mi amor?- preguntó Bosco.
-No es nada, mi amor- dijo Pepa recargandose en el hombro de su novio-. Solo pensaba en los problemas que pueden suceder como pareja.
-Pero teniendo una buena comunicación todo se puede arreglar.

Pepa no quería soltarse del abrazo de su novio y sobretodo por las palabras que dijo. Pero repentinamente ambos se miraron con sorpresa.

-¡¿Nos dijimos “mi amor”?!- dijeron ambos y rieron.
-Perdón Bos, solo que ya desde hace unos días ya había querido llamarte así- dijo Pepa.
-Descuida, amor- dijo Bosco dándole un beso-. Suena precioso llamarnos así. Ya tengo que irme a casa para no preocupar a papá.
-Si amor, te veo mañana. Te quiero.
-Y yo a ti.

Se dieron un besito y Pepa entró a su casa. Al entrar se recargó en la puerta y sin borrar su sonrisa soltó un suspiro, muy feliz se fue a su cuarto a dormir.

Más tarde ya todos estaban dormidos y la casa en silencio. En el cuarto de azotea Ari dormía y a pesar de estar enojado con Temo sentía la gran necesidad de abrazarlo, pero cuando quiso hacerlo vio que su lado de la cama estaba vacío.

-¿Tahi?- lo llamaba, pero al no recibir respuesta se levantó a buscarlo.

Temo se encontraba sentado en la mesa de la azotea pensando en muchas cosas, pero aún se sentía triste luego de la discusión que había tenido con Ari, no le gustaba estar así con él.

-Hola- dijo Ari al sentarse a su lado-. ¿Vas a volver a la cama?
-Si, ahorita regreso- dijo Temo-. Ari... ¿De verdad me amas?
-Ay Tahi, por supuesto que te amo. Mi amor, perdóname por reaccionar de esa manera pero no me gusta que se acerquen a ti con otras intenciones y realmente no quiero perderte.
-Amor, los celos en una relación siempre serán normales pero nunca dudes de que tú eres y siempre serás el amor de mi vida.
-Te amo.

Se dieron un lindo beso, ellos sabían que siempre sentirían celos al ser coqueteados por otras personas pero su amor siempre ganaría. La noche estaba algo fresca así que decidieron regresar al cuarto, al cerrar la puerta Temo sorprendió a Ari con un beso que poco a poco comenzó a subir de intensidad. El rizado se sorprendió cuando su novio le quitó la playera.

-Ay Tahi, no conocía ese lado tuyo- dijo Ari también quitándole la playera.
-Solo tú me provocas- dijo Temo y rieron.

Se desprendieron de sus ropas y se cubrieron con la cobija. Ambos estaban teniendo un momento íntimo pero en el que se sentía su gran amor, Ari besaba el cuello de Temo haciéndolo disfrutar mucho más del momento. Temo se aferró a la espalda de Ari cuando sintió que comenzó a entrar en él y volvieron a unir sus labios.

-Te amo mucho, mi amor- dijo Ari contra sus labios.
-Yo también te amo- dijo Temo disfrutando de los movimientos de su novio-. Sigue así Tahi, me encanta.

Ari y Temo hacían el amor, no solo lo tomaban como una reconciliación sino como una manera de hacerse saber que siempre iban a estar el uno para el otro.

Al terminar Temo estaba acostado sobre el pecho de Ari mientras este acariciaba su espalda y le daba besitos, sus sonrisas no se borraban porque les encantaban momentos como ese ya que sentían el gran amor que se tenían.

-Creo que ya debemos dormir porque mañana tenemos universidad- dijo Ari sonriendo.
-Concuerdo contigo- dijo Temo y se dieron otro beso-. Te amo Ari, de verdad quiero estar siempre a tu lado.
-Así será, mi amor. Siempre estaremos juntos.

Temo se durmió casi enseguida, Ari se quedó despierto un momento más pensando en una decisión que cambiaría sus vidas para siempre.