Jade está acostumbrada al caos. Camden, con sus luces de neón y calles mojadas, ha sido el escenario de su autodestrucción. Erick, en cambio, es el hijo perfecto, atrapado en una vida que le ahoga. Cuando sus caminos se cruzan, la chispa que enciend...
Anoche, mientras observaba a Erick acostado en mi cama, mi corazón latía desbocado. Su pecho subía y bajaba rítmicamente mientras dormía, y yo no quería dormirme porque admiraba mucho su belleza y no quería perderme nada de él. La tenue luz de la madrugada iluminaba suavemente su rostro, y me preguntaba cómo alguien podía ser tan perfecto.
De fondo, la canción "Girassóis de Van Gogh" llenaba la habitación, creando una atmósfera casi surreal. Susurraba la letra mientras lo observaba, sintiendo una mezcla de amor y desesperación que me apretaba el pecho.
—Não quero mais dormir do teu lado. Prefiro ficar acordado. Guardando teu rosto pra lembrar de você. Pra lembrar de você, lembrar de você —cantaba suavemente, mis palabras resonando en la quietud de la habitación. Mi mirada no se apartaba de Erick, temiendo que, al cerrar los ojos, este momento perfecto desapareciera.
—Teu corpo é um caminho sem saída —seguía cantando mientras acariciaba a Erick, mis dedos trazando suavemente las líneas de su rostro y su cuerpo.
Mientras la canción continuaba, me acerqué más a él, susurrando las últimas palabras con una intensidad que solo el verdadero amor y la desesperación podían conjurar...
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Esta era nuestra realidad, un mundo de girasoles marchitos, fuego y hielo, esperanza y desesperación en la ciudad de Camden. Atrapados en una danza de pasión ardiente y frialdad emocional, con mis comportamientos impulsivos y autodestructivos, y su naturaleza protectora y vulnerable, éramos polos opuestos destinados a colisionar.
En ese momento de mi vida, el hombre que más amé fue Erick y jamás lo olvidaré ni me cansaré de decirlo. Les quiero contar esto ahora porque seguramente esta historia los hará pasar por varias emociones. Me van a ver llorar y sufrir, cometiendo actos imperdonables, probablemente me juzgaran por todo ello... ¿Pero saben qué? El amor es algo increíblemente grande, me estaba muriendo por ese hombre y pensé que nunca volvería a sentir algo como lo que sentí por Erick.
¿En serio, nunca se pusieron a pensar todo lo que pueden hacer por amor? Yo sí. Fui hasta el final, así que les digo: nunca, nunca amen tanto a un hombre porque puede arruinarles la vida, como me pasó a mí.
Esta es mi historia.
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