Capítulo 10 - With Or Without You II

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My hands are tied, my body bruised, she's got me with nothing to win and nothing left to lose. ꧂

❉U2 With Or Without You❉


Me giré hacia la puerta del departamento. Todo estaba en silencio, la casa sumida en la oscuridad. Una inquietud comenzó a formarse en mi pecho.

—¿Juliet? —llamé suavemente, esperando escuchar su voz.

Nada. El silencio era casi ensordecedor, como si la casa estuviera esperando algo. Empujé la puerta con suavidad, sintiendo cómo cada fibra de mi ser se tensaba. La casa parecía diferente, como si el calor y la vida hubieran sido arrancados de golpe.

—Juliet, ¿estás aquí? —repetí, esta vez un poco más alto, mi voz resonando en el pasillo vacío.

El eco de mis palabras devolvió una respuesta que no quería escuchar. No había nadie. Todo estaba en su lugar, pero la atmósfera se sentía cargada, densa. Caminé lentamente hacia el salón, encendiendo la luz a mi paso. Las sombras en las paredes se movían de manera inquietante, reflejando mi creciente ansiedad.

—Juliet, por favor, dime que estás aquí —susurré, mi corazón acelerándose con cada paso.

El salón estaba desierto, la cocina vacía, y la casa, que siempre había sido un refugio, se sentía ahora como un lugar extraño y hostil. Mis pensamientos se mezclaban con el miedo, y cada pequeño sonido me hacía saltar.

Finalmente, llegué a la puerta de la habitación de Juliet. Estaba entreabierta, y una tenue luz se filtraba desde adentro. Tragué saliva, luchando contra la sensación de pánico que amenazaba con apoderarse de mí. Extendí la mano, empujando la puerta lentamente, temerosa de lo que podría encontrar al otro lado.

—Juliet... —susurré, con la voz temblorosa.

La puerta se abrió, revelando una habitación perfectamente ordenada, pero vacía. La cama estaba hecha, y la luz de la mesita de noche era la única fuente de claridad en la penumbra. Pero Juliet no estaba allí.

El nudo en mi estómago se apretó aún más. Algo estaba terriblemente mal.

De pronto, el aire se volvió más pesado, y un escalofrío recorrió mi espalda cuando una voz familiar emergió de las sombras, resonando en el silencio como un eco siniestro.

—Rayito de sol... te estaba esperando.

El pánico me paralizó al instante. Esa voz, arrastrada y cargada de un tono perturbador, era inconfundible. George. ¿Qué demonios hacía él aquí? Mi mente se aceleró en busca de respuestas, pero lo único que encontraba era una creciente sensación de terror. ¿Y Juliet? ¿Dónde estaba?

Mis ojos, ahora bien, abiertos por el miedo, recorrieron rápidamente la habitación, tratando de penetrar las sombras que se acumulaban en cada rincón. El tenue resplandor de la lámpara apenas lograba desvanecer la oscuridad, y en medio de esa penumbra, la figura de George comenzó a materializarse, emergiendo como un espectro de mis peores pesadillas.

—¿Dónde está Juliet? —mi voz, aunque intenté que sonara firme, salió quebrada, traicionada por el pavor que se arremolinaba en mi interior.

George avanzó un paso, su silueta deformada por las sombras, y el sonido de su risa baja y áspera llenó la habitación, rebotando en las paredes como un eco maligno. Pude ver el brillo de sus ojos, fríos y calculadores, mientras su boca se torcía en una sonrisa que destilaba maldad pura.

—No te preocupes por Juliet... Esta con su madre, la está cuidando—respondió, su voz convertida en un susurro que parecía venir de todos lados a la vez, envolviéndome en una sensación de ahogo—. Ahora solo tú y yo estamos aquí.

Cenizas de GirasolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora