22. "Algo más".

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Charlotte

Camino rápido bajando las escaleras, toma la chaqueta roja de Evan que está en una de las sillas altas de la cocina, afuera hace frío, el clima es lluvioso; y tomando un recipiente con mi desayuno que consistía en unos Sandwiches de queso y tomate. Salgo de la casa apresurada para subirme al auto deportivo de papá, que espera impaciente porque llega tarde a su reunión, comienza a las 8:00 a.m y son las 7:50 a.m y hay varías cosas que hacer primero, es una reunión con el personal de la empresa; apenas cierro la puerta del vehículo papá arranca hacía la academia, en el transcurso me deja poner música lo que ayuda a relajar el ambiente, me deleito escuchando una buena bachata de Prince Royce para empezar el día con buen humor, ya que papá llegará tarde es lo menos que puedo hacer por él.

Aunque no creo que sea tan malo, después de todo él es el jefe.

"Dejá vu" termina de sonar justo cuando hemos llegado a la academia, me despido de mi padre para bajarme del auto y entrar al edificio grande y artísticos que se había convertido en mi segundo hogar, ya había organizado mi horario para poder también asistir a la universidad. Disfruto de los hermosos colores en las paredes de camino al salón de música, la clase aún no a comenzado pero me agrada el ambiente tranquilo que hay en el aula con solo algunos compañeros tocando sus instrumentos y unos pocos calentando la voz preparándose para el ensayo de hoy.

Saludos a todos generalizando un  no muy alto: "Buenos días" que es bien recibido por los estudiantes presentes en el salón, la verdad que durante este tiempo he avanzado un montón y no me ha costado mucho hacer amigos, la mayoría son muy sociables y agradables, era algo que me preocupaba, no creía que encajaría en un lugar donde se vive, se siente y se respira arte; pero lo logre al fin y al cabo yo soy parte de eso, de ese pequeño lugar en el planeta que brinda la oportunidad de expresarse artísticamente como quieras, sin límites para quién crea el arte, soy parte de ese algo más que tanto soñaba.

Aunque aparezca irreal este lugar me ha ayudado a sanar heridas de mi corazón, me ha enseñado a expresarme mejor, me ha hecho feliz, me ha permitido ser yo las 24/7 sin temor a lo que digan mis padres, ahora tengo la certeza de que me apoyan en lo que amo, en lo que me hace feliz. Tal vez suene raro pero la música me a hecho entender que tal vez no sea tan perfecta como la sociedad lo hace ver, no soy igual que mi madre, soy yo misma, soy Charlotte Divianchinni, soy la hija de un empresario exitoso, una abogada excepcional, hermana mayor de cinco hermanos, enamorada del hijo de uno de los socios de mi padre, una artista en proceso y futura Ginecóloga. Soy quién siempre soñe ser, yo.

En estos pasillos no soy tomada en cuenta como la hija de o nieta de, simplemente soy conocida por mi talento, por ser Charlotte la chica que siempre quiso cantar y que ama la música por qué es mi mejor lenguaje para expresarme, desahogarme y mostrame sin filtros al mundo, sin los millones de mi familia o propiedades privadas que poseen mis abuelos; después de la confianza que me ha inspirado esta academia solo somos: la música, mi voz, mis nuevas etapas, próximas oportunidades y yo, este era el futuro que quería.

Y aún faltaba mucho por luchar, por seguir aprendiendo y creciendo, apenas estaba comenzando a ser ese algo más que buscaba en mi vida, esa sensación de plenitud de saber que estaba cumpliendo mi propósito en esta vida, el destino que escribo en cada paso, por cuenta propia.

Esto era solo una pequeña parte de la independencia que comienzo a crear, forma parte del camino para ser finalmente no solo un orgullo para mis padres, no solo un buen ejemplo para mis hermanos de que su corazón los guíe y sus sueños perseveren. Sino que iniciaba a comprender que la vida era un regalo privilegiado que debíamos aprovechar al máximo para ser lo que más amamos.

Comienzo a calentar la voz junto al grupo de chicos que ya había empezado cuando llegue; a los minutos la clase inicia cuando el resto de estudiantes llegan seguidos de la profesora. Ensayamos algunas canciones grupales, algunos solos, también los chicos de la orquesta y para culminar nos unimos todos en una última canción, llenan las paredes de aquel amplio salón de más arte para disfrutar.

La maravilla de su sonrisa y lo oscuro de sus ojos [#1 Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora