Charlotte
Luego de llegar de la preparatoria, Evan y yo fuimos a nuestras respectivas habitaciones para arreglar nuestras cosas y de una vez tomar las cosas necesarias para nuestra pequeña "pijamada" de imprevisto.
Desde hace mucho que no hacemos una.
Recuerdo las vacaciones de verano o de navidad, y las veces que íbamos a casa de mis abuelos, o casa de mis tíos.
Siempre que nos juntábamos con nuestros primos era una locura total, sin duda volvíamos locos a nuestro padres y a nuestros abuelos.
Éramos terribles...
Ahora que veo en retrospectiva cuando era niña, Evan, mis primos y yo éramos insoportables.
Aunque más los niños.
Las niñas de mi familia éramos un poco más tranquilas. Pero los chicos simplemente se llevaban el primer lugar en premios a "quién inventa más" "quién hace más travesuras" "quién se parte el cráneo primero".
Por qué sin duda lo más seguido que hacían mis primos y Evan era jugar a cosas donde siempre había peligro con algo y terminaba alguno de ellos lastimado o con un chichón seguro en la cabeza.
Les encantaba estar de cara todo el tiempo besando el piso.
Los juegos de antes eran geniales, podías socializar y divertirte al mismo tiempo, sin necesidad de depender de un aparato electrónico, nos distraíamos con cualquier cosa, usábamos nuestra imaginación y nos entusiasmaba el hecho de estar en familia sin aburrirnos. Aprovechábamos nuestro entorno; recuerdo que mis abuelos tenían una casa de verano con una linda piscina, un hermoso terreno extenso con varios tipos de vegetación, árboles, flores, arbustos y un bello establo con preciosos caballos.
Mis animales favoritos, son espectaculares, inteligentes y muy terapéuticos.
Me transmiten alegría.
La misma alegría que recuerdo con el viento de las playas golpeándome en el rostro y alborotando mi largo cabello, los veranos en tierras tropicales.
Esos lindos recuerdos de los veranos en Sudamérica en las playas de Colombia, Brasil y Venezuela.
Después de cada verano pasábamos al menos una semana en casa de mis tíos o mis primos venían a nuestra casa y hacíamos la pijamada del año. Cada verano sin falta hasta hace como unos tres años que no nos reuníamos para hacerla. Sin embargo los últimos tres años los hemos enfocado en pasar unas grandiosas vacaciones de Halloween con nuestros hermanos pequeños que adoran esa festividad por los disfraces.
Siendo sincera creo que Rebeca, Lucas y Alex esperan ansiosos todo el año para tener sus disfraces.
Y en serio tenía ansias de está pijamada improvisada, algo en mi me decía que sería una gran noche, tenía ese presentimiento, ese no sé qué en mi interior que me hacía ponerme nerviosa.
Como ya tengo mis cosas de las clases arregladas en mi habitación, bajo hasta la cocina para ver que hace Evan, porque estoy segura de que no está en su cuarto y está como el maniático tragón qué es en la cocina comiendo cualquier cosa.
¡Ahg! A veces quisiera ser como Evan, comer todo el día y saber que no voy a engordar por el arduo entrenamiento de fútbol americano.
Entro a la cocina y mi visa se consigue con Evan con un tarro grande de nutella listo para verter una gran cucharada en un tazón con Flips y helado de vainilla. ¡EUREKA! Lo tengo, lo atrapé justo antes de cometer el delito.
- ¡Ajá! Manos arriba, queda detenido por injusticia al no compartir contenido altamente secreto con su hermana, tiene derecho a guardar silencio para que no se enteren sus padres del robo cometido y queda sentenciado a darme de lo que hay en el tazón — Le digo mientras junto mis manos como si fuera un arma y me acerco a él.
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La maravilla de su sonrisa y lo oscuro de sus ojos [#1 Libro]
Fiksi RemajaEros y Charlotte son grandes personajes que tienen metas trazadas, su amor es un tanto raro, él toda la vida enamorado de ella pero después de 17 años es que Charlotte se da cuenta que Eros le atrae. Todo es cuesta arriba cuando sus padres son socio...