Dos años después...
Abril jamás pudo superar la partida del amor de su vida. Samantha había dejado un hueco tan profundo en su pecho...
Después de su partida, no pudo ver a Juan como antes, nunca más.
No podía perderse en sus toques como antes de que su, ahora, ex esposa la dejara, con dos billones de dólares... eso no llenaba el dolor de su partida.
Abril bajo su mirada hacia los papeles frente a ella. Se mordió el labio inferior.
Nada era igual, ni siquiera podía ver la foto de su casamiento sin ganas de nada.
Sorbió por la nariz cuando giró su rostro hacia la izquierda baja del escritorio, había guardado la placa que decía: "Sr. Samantha Rivera".
Suspiró agotada y al menos recordó que Juan (hacía un mes atrás) comenzó a salir con Rocío. Al menos el era feliz.
Había intentado un par de citas... algunas por internet, otras con algunas conocidas... pero ninguna funcionó.
Necesitaba una personalidad fuerte, dura, agresiva, dulce, tierna. Necesitaba unos ojos verdes y manos delicadas pero firmes sobre ella, incluso una voz suave, demandante, que mordiera sus labios.
—Te necesito, mi vida... —murmuró antes de levantar su mirada del suelo.
Su secretaria entró a su oficina con un ramo de rosas y un sobre.
—Dime —habló, aquel júbilo y tono suave que antes estaba en su voz se había ido por completo.
—Ésto llegó para usted, señorita Garza —la juven entró con el ramo de rosas blancas, habían veinte rosas blancas envueltas en papel transparente amarillo.
—¿Y ésto? —frunció el ceño antes de que la chica se encogiera de hombros.
—Lo trajo un repartidor de la florería, no lo sé. Ahora le dejo ésto y me iré, aún me quedan archivos.
Se quedo sola, tomó el ramo antes de tomar el sobre y abrirlo.
Estaba escrito a computadora.
"El color blanco en las rosas representa lo puro y lo inocente.... igual que tú. Eres igual de hermosa Abril."
No había firmas, ni iniciales, ni jodidamente nada sobre quién era. Tragó saliva y se quedó viendo las rosas.
—Nunca recibí rosas —murmuró antes de buscar alguna manera para dejarlas con agua y que no murieran.
Se acercó al ventanal de su oficina.
Todos los demás habían seguido con sus vidas como si nada mientras que Abril había comprendido como se sentía Samantha en aquel momento.
Se sentía hueca, vacía, con ganas de llorar siempre. Su rostro ya no se veía tan juvenil, el tiempo arrolló a Abril al mismo tiempo que la perdida del amor de su vida se hizo permanente.
No sabía donde estaba, ni si tenía dinero, donde vivía, si ya había encontrado a alguien más mientras que ella se quedaba estancada en su puto recuerdo.
—No sabes cuanto te extraño Sam —susurró contra su reflejo y sus ojos se movieron hacia las rosas atrás de ella.
Se movió hacia las mismas y la yema de uno de sus dedos toco un pétalo.
Te amo... te amo...
Sus palabras jamás se olvidaron. Estaban matándola lento... tan lento.
No era fácil para ella llegar a ser tan consciente de la manera en que lo necesitaba después de todo lo que pasó, era hasta asfixiante averiguarlo
Pero, otra vez, la amaba... lo hacía como nadie. Samantha había encontrado la manera.
Ahí estaba... con un maldito admirados secreto que no sabía quién mierda era, extrañando a la castaña a más no poder.
Algunos podrían decir claramente que era casi enfermizo.
La golpeó, la humilló, por el amor a Dios... la trató a tal grado de que le fue infiel.... pero ahí estaba, esperando saber algo de ella, lo que fuese, lo que sea necesario para verla.
—Seguramente ya te olvidó —se confesó— Así como tú deberías hacerlo y no lo haces.... eres ridícula Abril Garza —una sonrisa ladina y triste se apoderó de su cara manchándola.
A pesar de todo lo que haya pasado Abril la siguió amando.
Pero desde que Samantha se fue, ella no podía vivir de otra manera.....
Si ven algún error avísame
Gracias por leer
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Mátame Lento 18+ - (Adaptación Rivari)
RandomEl matrimonio de Rivers parecía perfecto frente a las cámaras... sí, piensas bien, solo frente a las cámaras... -No te puedo dejar ir, Abril. -Nos vamos a matar en vida, Sam. -No va a ser la primera vez que lo haga. -¿Qué quieres que te diga? ¿Mátam...