capítulo 02

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Un año después

Las diferentes prendas de ropa tiradas al rededor de la cama formaban parte de la colección de veces que aquel lujoso lugar había presenciado escenas como esa desde hacía ya cinco meses atrás.

—Abril... te extrañé tanto.... tanto... —susurró Juan, que había subido para quedar a milímetros de sus carnosos labios.

—Juan... —Susurró aquella, ahora, castaña chica para besar los labios que la tenían perdida en un mar de sensaciones.

Su celular estaba lleno de fotos de ellos dos juntos... una docena de ellas cuando Juan  se puso a jugar con la cámara después de hacer el amor.

Hacer el amor...

Hasta el año pasado, ella jamás pensó que podía experimentar todo aquello, pero una de las tantas discusiones y gritos por parte de su esposa, lograron que los brazos se llenaran por completo de la chico a quien tanto amaba.

Por el momento la solución había sido aquella: juntarse a escondidas, ser amantes...

—¿Juan? —susurró, sintiendo aquellas manos que eran su perdición, agarrar su cintura.

—¿Qué sucede nena?

—Voy a pedirle el divorcio Samantha, tengo las copias listas —susurró y se ganó unos pequeños besos en el cuello y en el brazo.

—Podremos estar juntos —sonrió Juan, abrazandola contra sí.

—Siempre... —Abril se giro para que ambas quedaran cara a cara.—Siempre juntos mi amor...

Samantha no le daría el divorcio tan fácil, eso era lo que Abril no sabía, para Samantha Abril era un trofeo, Su trofeo.

En el tiempo transcurrido, Juan volvió a hacerla tener una razón para vivir.

Abril comenzó a arreglarse más, a estar más "reluciente", su cuerpo cambió... y su carácter por igual.

Ahora tenía a alguien que la amase y la amara, Abril se sentía más fuerte, más resistente.

Una hora después, mientras Samantha estaba en su oficina, escuchó la puerta cerrarse.

—¿Debo molestarme siquiera en verte? —habló, sabiendo quién era.

Y entonces, la palabra "Divorcio" fue lo primero que Samantha vio antes de levanta la vista con una sonrisa ladina.

—¿Te quieres divorciar?,¿De mi? —preguntó burlona.—¿Aquella estúpida que juega a amarte te llenó la cabeza?

Abril estaba peinada con su pelo en ondas cayendo por su pecho, y su flequillo bien peinado como siempre, su cabello castaño brillaba, su ropa era más ajustada... Samantha se había dado cuenta que su trasero había crecido.

—No es ningún juego. Amo a Juan y no hay excusa para nada —respondió Abril.

—Te has vuelto demasiada engreída —gruñó Samantha, tirándose en su silla de cuero hacia atrás, cruzando los brazos sobre su pecho.—Debería darte un castigo.

—¿Más de lo que ya has hecho? —Abril rió y Samantha elevó una ceja.

¿Desde cuando la niña estúpida e ingenua con la que se casó se comportaba asi?

—Abril —habló entre dientes y su mandíbula apretada... al igual que sus puños.

—Yo no te amo y tú a mi tampoco.

—Si nos divorciamos, tú no tendrás ni un céntimo de tu herencia. Recuerda que el trato de matrimonio incluía ser la dueña de Garza inc. con todos sus activos siempre y cuando se lleve a la empresa al éxito.

—No quiero nada de eso —Abril se paró firme y ganó un poco de confianza en si misma... un poco más de con la que había entrado.

—¿Y de verdad crees que podrás entretener a ese idiota? —Samantha se levantó del asiento dejando en vista el traje blanco a la vista, para caminar alrededor de ella.—Jodiendo todo el rato, mírate Abril... ¿Qué podría verte? Cuando te saque la virginidad ya no querrá verte.

Y Abril se carcajeó burlesca ante aquella respuesta, dejando Samantha con el ceño fruncido y la cara llena de confusión.

—Noticias nuevas —Samantha se giró para verla a los ojos, se inclinó quedando a centímetros de su boca.—Ya no soy virgen, me entregué a Juan hace cinco meses atrás.

Samantha tomó una honda respiración.

Ella nunca usó los puños ni la violencia para manipular, jamás. Lo de ella era ser una idiota en lo verbal.

—Que idiota terminaste siendo Abril —murmuró una vez Abril se separó de ella.—¿Qué pensarían tus padres, eh? Imagínate, ahora están orgullosos de ti y te lo dicen... deben enterarse que su hija no se ha entregado a su mujer para la consumación de su matrimonio, pero si a un rival de sus corporaciones. Muy inteligente, Abril.

—Mis padres seguirán estando orgullosos de mi.

—¿Te olvidaste de por qué te casaron? —Samantha caminó hasta detrás de ella poniéndose de puntillas para susurrarle al oído.—Tú sin mi, no eres nada.

—Eso es mentira —habló Abril no dejándose intimidar por la que se supone era su mujer.

—Solo piénsalo... es verdad, no has podido llevar la empresa al éxito solo... yo lo hice... lo qué tú no pudiste —la susurró y Abril perdió un poco de la seguridad con la que había entrado a esa oficina para dejar de sufrir.








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Mátame Lento 18+ - (Adaptación Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora