capítulo 08

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Abril había dado vueltas quinientas veces en su habitación.

No quería las manos de Samantha sobre su cuerpo. Solo quería las de Juan.... pero su cabeza hacía un excelente trabajo recordándole el maldito video que su esposa tenía en su Mac.

Samantha se había ido temprano, después de haber amenazado a su esposa. Ahora solo quedaba una hora para que llegara y la tailandesa no había hecho más que caminar en su habitación..... la individual, claro. La que tomó para ella.

¿Por qué le hacía aquello? ¡Justo ahora que quería tomarlo después de años de haberla cambiado por otras!

—Oh por Dios......—susurró bajo al momento de haber pensado aquello.

Miró el reloj y faltaban exactamente cuarenta minutos para las once de la noche.... ¿Acaso valía la pena? ¡Acaso valía la pena desnudarse y dejarla entrar en su cuerpo? ¡El gemir su nombre era un maldito insul....!

Abril chasqueó los dedos cuando sus ojos miel fueron atrapados por su móvil.

La castaña quería una esclava sexual ¿no? Una que solo la recibiera pero que no fuera un problema con los sentimientos,  pero que siempre lo alabara, así que, ¿Que sería lo pero para una mujer así?

Abril rió y caminó hasta su closet para tomar un pantalón de cuero y una camisa con la espalda transparente. Se dirigió a la ducha y se quitó todo.

Se bañó, se colocó aceite después de secarse, se arregló lo suficientemente decente y sexy para los ojos de Samantha recordándose que para aquella chica solo era un trofeo que mostrar con ego y orgullo.

Cuando el reloj marcó las once y la puerta de entrada se abrió, Abril saltó a la cama y se acomodó en medio de esta, esperando que su cabello tuviera las ondas y el despaeinado necesario para causar la imagen que quería.

En el momento en que aquella puerta se abrió, Abril se lamió los labios y sonrió divertida.

—Que buen que volviste, estaba esperándote.

Samantha ubicó los ojos sobre su esposa y constantemente, tuvo que aceptar que su garganta se secó como un jodido desierto; piernas torneadas, muslos fuertes, aquella camisa que acariciaba su pecho, sin sostén cabe decir, casi de manera sexosa.... y estaba empezando a sentirse húmeda.

—¿Esperándome? —Samantha elevó una ceja mientras se quitaba su blazer.

—Solo a ti —Abril rió divertida, alejándose de la cama para acercarse a ella —Por lo que veo estas un poco ansiosa... —llevo una mano a su pecho y notó los duros pezones de su esposa.

Eso fue todo...

Samantha la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Sus labios se pegaron más rápido de lo que Abril quiso aceptar y los brazos fueron a su cuello. Dio un salto y sorprendentemente Samantha la sostuvo de los muslos para tirarla a la cama y colocarse sobre ella.

Un jadeo fue arrancado del cuerpo más grande cuando literalmente, Samantha, rompió su camisa. Ella no estaba para ser dulce.

Aquellos labios atraparon sus pezones. Mordiendo, chupando y lamiendo.

—Mierda... mm... —gimió Abril, arqueándose hacia su boca y enredando sus dedos en el cabello semirubio, ahora que lo veía bien.

Samantha mordió un poco más fuerte el pezón que tenía en su boca, aunque sin hacerle daño, se ubicó entre sus piernas.

—Tu pantalón me molesta —gruñó Samantha antes de desprenderlo y empezar a jalarlo para tenerlo fuera en menos de diez segundos.

Fue entonces cuando Samantha se dejó caer un poco por el momento.

Abril desnuda.

Abril en la misma cama jadeando con los ojos cerrados.

Abril deseándola.

Abril era sexy..... y en ese momento detuvo sus pensamientos.

Se quitó la ropa al rito de su pulso; lo necesitaba... necesitaba sentirse tan adentro de Abril y lloraría de dolor, porque no merecía otra cosa. Abril Garza la había desafiado.

Cuando llevó sus manos al centro de Abril, las alejó y le jaló las caderas. Abril estaba ansiosa, era toda la respuesta para aquellos ojos cerrados y labios mordidos tan excitantemente.

Fue entonces cuando entro por primera vez al cuerpo de su esposa y un jadeo suave y manos recorriendo todo su pecho hizo a Samantha enfurecerse... enfurecerse por lo "idiota" que era y no exclusivamente por escuchar un "Samantha espera... Es mi primera vez... Duele...

Samantha adentro un dedo dentro de Abril y después otro.
Samantha gruñó y la embistió lo más fuerte que pudo, sorpresivamente para Abril fue muy fuerte... La embistió otra vez tocando ese punto sensible.

Para Abril fue muy sorprendente la fuerza con la que la castaña la embestía... Nunca pensó que alguien la podría tomar así.

—Sí.... Ah.. si... —gimió Abril, clavando sus uñas en la espalda de Samantha —Más rápido..... Más...

Aquello descolocó a Samantha... lo hizo de tal manera que su contraria gimió fuerte al sentir a la Samantha lo suficientemente adentro para sentir su punto sensible. Las embestidas fueron más rápidas, aquellos labios mordiendo y marcando su piel.

Y cuando tocó su punto una vez más.... pudo jurar estar en el cielo.

La cama golpeó incontables veces la pared mientras que Abril gemía alto, cuando el orgasmo las golpeó, Abril decidió derribar un poco de aquel ego que tenía Samantha.

—Juan...—gimió, más bien gritó, mientras se corría y Samantha solo apretó sus puños hasta dejarlos blancos.

Y Abril sonrió en medio de las nubes del placer; eso era solo el inicio.











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Mátame Lento 18+ - (Adaptación Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora