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Mis brazos apretaban mis rodillas, mi cabeza estaba ocultada en mis piernas, lágrimas caían por mis ojos y jadeos de mi boca. La habitación en la que estaba se encontraba cerrada, estaba contra la pared sentada en el piso.

Cuando Solem me guió por la habitación me enseño un pequeño baño. Me levante del suelo, pasé el dorso de mi mano por debajo de mis ojos y me dirigí al baño. Me metí en la tina con agua caliente y espuma, algo bueno tenia que tener esta situación. Sumergí mi cabeza en el agua por unos segundos, al volver a la superficie.

(...)

Mi estómago rugía, me estaba muriendo de hambre. Salí de la habitación en busca de Solem al descubrir que la puerta no estaba con llave. Luego de buscarla por algunos minutos y no encontrarla vi a lo lejos un jardín  trasero, mis pies comenzaron a ir para allí. Aquel patio era de ensueño, en medio tenia una fuente bellísima, había luces como faroles que iluminaban el lugar.

A lo lejos pude ver varias sombras iluminadas por la hermosa luna. Gritos también se empezaron a escuchar. Me acerque un poco y me escondí entre unos arbustos para poder ver la situación.

- Desaste de él, no nos sirve - dijo una voz

- Perfecto señor - esta era un poco ronca - permiso 

Una de las  figuras se acerco a los arbustos en los que me escondia, pero no demasiado para verme. El ruido de un tiro se retumbo en todo el jardin, segundos después se escuharon dos tiros más. 

Al asustarme pegue un pequño grito, un grave error. Pude ver que la sombra del hombre se distorsiono y senti una mirada en mi frente. Levante la cabeza poco a poco, la ladee y descubri que aquella sombra pertenecia a Maxim, quien no me miraba de una muy buena manera. 

VendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora