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Pase toda la noche incomoda, ya no siento mis muñecas y los tobillos me duelen demasiado. Por la ventana de la habitación salen pequeños rayos de sol, aquellos me despertaron.

Estaba muriendo de frío. El infeliz ni siquiera me había tapado con las sabanas.

José entró a la habitación, no dijo nada, yo tampoco, lo único que hizo fue desatarme y avisarme que el "señor" me esperaba para desayunar.

Sin más remedio baje, no quería pasar todo el día atada, solo intentaría hablarle lo menos posible.

Estaba sentado donde siempre lo está, en esa enorme y larga mesa, con su taza de café y su teléfono.

Me miró de reojo y no dijo nada. Agradecí en silenció, lo último que quería era hablar con él.

La misma señora que ayer nos trajo la sopa, hoy trajó otra taza igual a la de Maxim y un pequeño plato con frutas. Estaba muerta de hambre, ayer por la estupida pelea no habia podido comer nada. Tome la taza y me la lleve a la boca, no era cafe, era chocolate caliente. Volví a agradecer en silencio, detestaba el café. El chocolate estaba exquisito, tanto que me lo termine de un trago. El plato de frutas incluia banana, fruitillas y manzana. Creo que el desayuno me lo termine en 5 minutos del hambre que tenia. 

Maxim no dijo nada en todo el desayuno, al parecer me habi levantado con el pie derecho, no tuve que dirigirle la palabra. Cuando terminó de desayunar se levantó y se fue a la que creo que es su oficinato. Yo en vez de volver a la habitacion decidí pasear un poco por la casa y poder idear mi escape de este infierno. 

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