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Estaba en la habitación ordenando toda la ropa que me habían comprado, aunque supliqué me me dejara ir Maxim se negaba.

Me había obligado a tomar pastillas para prevenir embarazos por la vez que se había venido dentro mío. Por suerte no había ocurrido otra vez la desagradable situación pero aún así ordenó que compraran pastillas anticonceptivas según porque no quería usar condon.

La puerta de la habitación fue abierta por José.

- El señor la espera para cenar- advirtió

- Dile que no tengo hambre - volví a mi tarea

Me tomó de la cintura sacandome de la habitación, aunque pataleé y me quejé no logré safarme de su agarré.

- ¡Sueltame! - grite - ¡SUELTAME ANIMAL! - me soltó enfrente de una larga mesa

Esta estaba decorada por elegantes platos y cubiertos costosos. Maxim estaba sentado en una de las dos puntas  con su celular. Miró a él hombre detrás de mí y asintió.

Jose se fue y el infeliz me señalo la silla más cercana a él, pero yo me senté en la otra punta, lo cual pareció enojar al morocho.

Este se levantó de la mesa y me tomó del brazo, tiró de mi haciendo que me levantara de la silla y esta callera al piso.

Me quería sentar al lado de él pero yo no quería así que empezamos a forcejear. Mientras tanto veia toda la casa para poder memorizarla y poder idear un plan de escape.

VendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora