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El clima no era frío ni tan caluroso, era perfecto. Había estado caminando por varios minutos y nadie me había seguido, Maxim no se había dado cuenta ta de mi escape y espero que hasta no este oculta y a salvo no se de cuenta.

Ya había llegado a la cuidad, había demasiada gente por las calles. Me acerque a una pareja, quizás ellos podrían ayudarme.

- Disculpen - sonreí - necesito que ne ayuden

- ¿En que podemos ayudarte? - dijo la mujer

- Me llamo Fernanda - ¿que? no iba a decir mi nombre real - soy de California,  me secuestraron  hace unos días, recién logré escapar, ¿me puede  ayudas?

- Nosotros somos Daniel y yo María, ven con nosotros así nos cuentas más a detalle y te ayudaremos

- De acuerdo

Los seguí. El camino no fue muy largo pero si en silencio, uno demasiado incómodo.

Luego de unos minutos llegamos aúna casa, era algo pequeña pero se nota a acogedora, la fachada y el interior eran de colores claros, casi impreseptibles.

Me guiaron a la cocina, me tendieron un vaso con agua y les conte toda la historia a detalle. Los dos quedaron con la boca abierta.

- Debemos llamar a la policía, esos tipos son unos criminales - sugirió Daniel

- No creo que funcione, esos delincuentes tienen todo supervisado, seguramente ya me deben estar buscando. - respondí

- Creo que lo mejor es que te quedes esta noche con nosotros y mañana veremos que hacer exactamente. Deberías llamar a tu familia para avisar que lograste escapar y contarles todo a ellos también.

- Esta bien

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