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MAXIM

A pesar de no querer sentir nada por Isabella, hay algo en la cabeza y en el pecho que me molesta. Creo que lo llaman culpa o pena, la verdad no se.

Le ordené a José que dejara la puerta de la habitación sin llave. Si, le voy a dar una última oportunidad a Isabella para que tenga un poco de mi confianza.  Dejaré que este por la casa, pero la seguridad será el triple de fuerte.

Bajo del camioneta negra y entró al gran edificio. Esta lleno de gente y de ventanales por los que entra mucha luz natural.

Vine a hacer unos negocios, unos muy buenos. Me siento en el escritorio vacío y Camila se sienta a mi lado.

Aunque toda esta empresa de computadoras parezca de lo más correcta, sin ningún delito, crimen  y tampoco infracciones, su jefe, el tipo que maneja todo esto es uno de los mayores compradores de droga del país. Obviamente todo en secreto.

Vengo a venderle de mi droga, quiero que el negocio se expanda, o mejor dicho es lo que me ordenó papá.




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