Invierno 'Kagehina'

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Ya habian pasado cinco meses desde que deje Japón. Habia mejorado demasiado para el tiempo que llevaba ahi, pero a pesar de eso, no me sentia listo para volver a ese lugar lleno de los momentos y recuerdos que vivimos, pues, recordar lo egoísta que fui con el y los demas, lo lindo y lo malo, era dificil de aceptar eso y más.
Oikawa fue de mucha ayuda para mi, el me aconsejo y me enseño como mejorar al menos en el vollleyball, además, Kags y yo haciamos al menos dos llamadas al día y siempre hablabamos de nuestro día a día, parecia que el lo estaba haciendo bien aunque a veces me preguntaba si solo fingia conmigo. Habia veces en las que se veía desanimado y triste, pero trataba de no mostrarlo, realmente era doloroso verlo y oirlo en ese estado. Queria sentirlo, queria saber si estaba bien, queria eso y más con él y aun asi no queria volver. ¿Por qué volveria? Aunque bien es cierto que lo amo, no era suficiente. No queria volver a mi lugar egoísta, no, aun no.
Baje a desayunar, ahora me quedaba en la casa de Oikawa, casi siemore desayunabamos el pan favorito de oikawa y para almorzar fruta y algo equilibrado para aguantar todo el día. —¡Bom dia!—él parecia más alegre que de costumbre, realmente me agradaba.
—¡Bom dia!
—¿Listo para jugar?
—Después de desayunar, ¡lo estare!—habia mejorado bastante y el me habia enseñado todo lo que me pudo enseñar, claro que aún tenia que perfeccionar unas cuantas cosas, pero él habia sido un gran maestro.
—Shoyo, una cosa más. No te enojes si hay gente mejor que tu, mejor velo como una meta que alcanzar.
—Eres sabio, lo hare.
—Bien.

Después del juego fuimos con unos amigos de Oikawa—los mismos del partido—a un pequeño bar cerca de la casa de mi amigo. A decir verdad era tan animado como los demás establecimientos. No podia evitar pasarmela bien en compañia de ellos o incluso solo en Brazil, amaba ese país. Bebimos y la pasamos bien —sobre todo Toruu, diria que mucho más—Oikawa termino un poquito fuera de sí, tuve que llevarlo casi cargando hasta la casa y de verdad que pesaba. Durante el camino él iba diciendo cualquier tonteria, cosa que la verdad no entendia, aún asi era divertido; Trate de seguirle el juego pero nada de lo que decia tenia sentido —al menos no para mi—.
—Carajo shoyo ¿Sabias que por las noches soy un pingüino que roba zapatillas?
—No me digas...
—Pues si te digo. ¡Apurate a llegar!—me dio una patada en el trasero como si fuera un caballo, que pedazo de tonto.
—Cuidado con eso!—dije simulando tirarlo, el se aferro más a mi y empezo a lloriquear como si de un niño se tratara.
—¡Si me tiras juro que te mato!—las risas no hacian falta al igual que el cansancio, entre más avanzaba más lejos se veía la distancia de la casa.
—¿Por qué vives tan lejos?
—¿Por qué te fuiste tan lejos? Mi casa esta para allá—señalo con su dedo al otro lado de donde estabamos.
—Te voy a tirar... ¿Por qué no me dijiste?
—Es divertido verte dar vueltas como el idiota que eres, hemos recorrido esta calle al menos dos veces.
—Estas bromeando.
—No lo estoy, estare ebrio pero se como llegar a mi casa. Anda, mejor te cargo yo—se bajo de mi espalda y ahora señalaba la suya y ni siquiera podia estar de pie.
—Aja, no puedes ni pararte—me volteo los ojos y dejo que lo volviera a cargar, me fue indicando como llegar a su casa a partir de ahi y la verdad si me habia perdido.
Al llegar, cada uno se fue a su respectiva habitación. —¡Por fin libre!—grite para mi mismo, saque mi telefono y revise las notificaciones ¡Oh, dios! Tenia 17 llamadas perdidas de Tobio, le trate de marcar de vuelta pero el no respondia, intente más de 6 veces antes de que el respondiera.

¡Tobio! Disculpa que recien responda hasta ahora, tuve una noche bastante larga...

Sho, necesito que regreses, no puedo, no puedo

Su voz entrecortada resonaba en la habitación.

¿Kags, que pasa?

Esto esta matandome, shou, en serio te necesito...

¿Qué es lo que pasa? ¡Vamos! Cuentame..