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Un año y dos meses. Ese era el tiempo que había pasado desde que me fui, ahora hablaba un poco más con Kageyama, pero parecía que habíamos vuelto a ser amigos sin explicación alguna. Ya no se sentía como si fuéramos una pareja, se sentía como si hubiéramos vuelto a ser amigos. Tampoco me quiero quejar, pues, desde entonces me cuenta más sobre su vida y aquello que le rodea, supongo que eso era mejorar.

( 𝖨𐓣𝗏ꪱᜒ౿𝗋𐓣𝗈 'ƙɑ𝗀౿𝗁ꪱᜒ𐓣ɑ' )

Oikawa y yo constantemente hablamos sobre lo que nos preocupaba y a él le preocupaba Iwaizumi tanto o incluso más de lo que a mi me preocupaba Tobio. Incluso hablábamos sobre nuestras metas a futuro o si considerábamos haber mejorado al menos un poco y eso me agradaba, ya no me sentía con toda la carga de mis problemas, me sentía más liviano y espero que sea lo mismo para Oikawa. Él había hecho mucho por mí, me dejó quedarme en su casa e incluso me dio algunas pistas para empezar a mejorar por mi cuenta, además, cada que me sentía mal o necesitaba con quien hablar el estaba ahí para escucharme lloriquear por cualquier estupidez que me pasara. Lo apreciaba mucho como amigo.
El día pasaba y la noche llegaba, tendríamos una pequeña práctica a la luz de noche, decían que así era más bonito. Podía sentir el aire en mi cuerpo, pero no era frío, era como ese sentimiento de ir a la playa, era bochornoso, se sentia bien. Practicamos por lo menos unas tres horas, todo estuvo bien. Después, fuimos a las aguas termales de un recinto bastante lejos de la casa de Oikawa, la verdad esperaba que valiera la pena y lo hizo. Nada mejor que estar en aguas termales después de entrenar.
Al llegar a casa preparamos la cena y vimos una película, también discutimos sobre lo humillante que llega a ser tener relaciones, por algún motivo llegamos a ese tema, Toruu era alguien fácil con quien hablar.
-¡Cambiemos de tema!-dije un poco exaltado por la honestidad de mi compañero.
-¿Por qué, acaso te pongo nervioso?
-Nada de eso, idiota.
-Dime Shou, ¿Tobio y tu lo han hecho?
-Uh, creo que alguien tocó la puerta-evitaba hablar del tema, ese tema ya no lo quería tocar más...
-¡No huyas cobarde!-Me jalo de la playera y me hizo sentar de vuelta.-Responde.
-Bueno... La verdad es que no...
Oikawa estalló en carcajadas.
-¡No te rías!
-Shoyo, es inevitable reírse ¿Cuanto tiempo llevan juntos? ¿Tres años?
-Si...
De vuelta empezó a llorar por la risa, yo solo lo miraba un poco apenado.
-No pues, te urge volver-El bromeaba pero con cada chiste me sonrojaba un poco más.
-¡E-ey! Seguro que tu tampoco haz tenido un encuentro así.
-Oh, niño. No sabes nada.
-Cómo tu eres un experto...-él se empezó a atragantar con su propia comida y aproveche para cambiar de tema.
-Eso te pasa por idiota.
-Casi muero y me dices eso, OK...
-¿Quieres que te aplauda?
-¿Quieres que te saque a dormir con el perro?
-¿Qué dices? Ni si quiera tienes perro.
-Entonces duermes solo en el patio, ojalá te de hipotermia o no se.
-Ni que estuviéramos casados como para que me saques.
-Eres un tonto de puta madre.-reímos y terminamos de cenar. Fuimos a dormir y ahí quedó todo el asunto, me preguntó que harán en Japón.

 Fuimos a dormir y ahí quedó todo el asunto, me preguntó que harán en Japón

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La mañana siguiente estuvo tan tranquila como siempre. Esta vez no quería seguir comiendo panecillos de leche, así que, salí temprano a comprar las cosas para hacer el desayuno yo. Al volver, puse un tutorial para asegurarme de hacer todo bien y ahora se que respeto a todas esas personas que cocinan, me hice al menos una hora y media en preparar todo y eso que solo hice huevo con jamón y tostadas. Fue un trabajo complicado. Para finalizar, pique la fruta y lo serví todo. Ahora solo faltaba esperar a que el holgazán de Oikawa se levantara. Pasaría al menos una hora para eso, y no quería esperar tanto. Me pare de la mesa y fui hasta su cuarto, entre precavidamente y le quite la manta y, sin querer, lo empuje de la cama.
-¡Ay!
-¡Párate! Hice el desayuno
-¿Sabes que hora es?
-Si, las 10:36
-No idiota, son las 6:36...
Lo próximo que hice fue salir de su habitación corriendo, temía mi muerte. Pero, para mí sorpresa, el se quedó parado frente a la mesa que tenía el desayuno que tanto me enorgullecia, el se sentó en la mesa y me hizo una seña para que también lo hiciera, cosa que obedecí.
-Espero que tu comida no sea radiactiva...
-Grosero
-Buen provecho.
Incluso para mi sorpresa, mi desayuno no había quedado nada mal... esto debía de alardearlo con Kageyama, seguro me elogiaria.
-Eu, enano.-alcé la cabeza para indicar que le estaba escuchando.-¿Qué pasó ese día?-él ambiente se tenso tan rápido como el mencionó el tema.-Te di tu espacio en el momento, pero creo que viene siendo hora de que me expliques.
Pase bocado y espere.
-Bueno, en realidad... fue algo tonto.
-¿Tonto?
-Si...
-Entonces cuéntame, ¿que tal si al final terminamos riendo?
-Bueno, ese día tuve ciertas dudas sobre mi y Kageyama... así que le pregunte-la parte que seguía me avergonzaba hasta la fecha-le pregunte si aún me acababa y el solo me respondió con un "si" y una carita feliz.
Oikawa suspiró y me miró con cierta impotencia.-Shoyo, no deberías de ponerte así... Además, era un poco obvio que Tobio se esconderla detrás de una respuesta fácil.
-Ahora lo se...
-Si fue un poco tonto, deberías de conocer más que cualquier tonto a Kags, es tu novio después de todo.-Me dio una palmada en el hombro y siguió desayunando.
-Oikawa, ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué?
-Bueno... Siento como si Kageyama y yo hubiéramos terminado sin hacerlo-
-¿Cómo?
-Pues como lo escuchas... De vuelta nos tratamos como si fuéramos únicamente amigos, incluso me pregunto si hay alguien más en su vida..
-No lo creo Shoyo... Tobio si es un hijo de su re mil, eh, mami, pero no sería capaz de hacer eso.
-Bueno, si tu lo dices.
Acabamos de desayunar y el lavo los platos, yo hacía una video llamada con Tobio. Él me estaba contando el como le había ido, y sobre el nuevo equipo en el que estaba. Me alegre demasiado por él que incluso le dije que en cuanto regresara celebrariamos con una botella, la más grande que encontráramos, el solo asentía a todo lo que le decía. Terminamos la llamada cuando el me dijo que iba a salir con unos amigos: Hoshiumi y Ushijima. No me opuse y le dije que si. No hice nada en todo el día, solo leer revistas de volley en mi cama y volear cada que me aburría. Sería un día largo.

 Sería un día largo

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Invierno 'Kagehina' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora