Capítulo 8: Catherin

6 0 0
                                    

Su mirada me buscaba, intentaba disculparse, pero me resultaba difícil, así que continué curándolo. Había sido un completo tonto al meterse a pelear, solo por defenderme. No tenía sentido, porque hacerlo por alguien tan insignificante como yo, alguien a quien ni la vida misma le acepta, siempre he sabido notar las indiferencias de los demás. Era normal en el estatus en el que me encontraba anteriormente, vivir rodeada de las constantes críticas, de los almuerzos condecorativos y extravagantes.

—¿Por qué no me miras?

No quería hacerlo; me sentía mal con él y conmigo misma, por hacerlo pasar por esto.

—Deberías ser menos impulsivo —regane, haciendo que él sonriera, por lo que lo mire expectante por su acción tan repentina.

—¿Qué es lo que te causa tanta gracia?

—El que luego de negarse a mirarme, lo hayas hecho sin darte cuenta —su sonrisa era hermosa, como podía ser tan radiante.

—No lo hice —negué, deseando dejar esta conversación.

Él lo entendió y proseguí colocando pomada en su pómulo derecho. Su color aumentaba y esperaba que con esto bajará. Me siento culpable, él no debió haber estado allí, sé que quiso solo ayudarme, pero lo pagó mal. Hablaré con Mark, a pesar de sus humillantes palabras, debo arreglarlo para que su vida aquí no sea como la mía, bajo las sombras.

Me sentía inútil y eso lo noté. Mis ganas de llorar entraron y una primera lágrima bajó, continuando su desenlace y finalmente explotando.

-Catherine-llamó con voz gélida,mientras su mano sobaba mi cabeza,brindándome esa tranquilidad, aquel sencillo acto estaba dando resultado, y por algún extraño motivo lo quería todo el tiempo,esto no era normal-desahogate todo lo que quieras,llorar nos hace bien a todos-tenía razón,pero porque lo hacía con él,porque cada que hablábamos me volvía un manojo de sensibilidad,algo tan débil de corromper-desearía poder sanar tus heridas-susurro,aquello sonaba tan sincero e imposible de creer,a penas nos conocemos, pero creo que ambos sentimos aquella conexión,como si estuvieras destinados a estar juntos,que nos estaba sucediendo.

—No—negué, a pesar de su llamativa opción.

—Déjame hacerlo, por favor, Catherine —rogó, con sus manos abrazando las mías, mientras sus ojos brillaban. De verdad quería hacerlo, pero cómo decirle que no existe cura para aquello, porque nunca hubo una salida.

—No—volví a negar, apartando sus manos de las mías y alejándome, quería salir, de nuevo. Aquella sensación de tener un nudo en la garganta no me deja hablar y mi ansiedad me va a ganar, y no quiero que me vea de esa manera, no él.

—¿Por qué? —aquella pregunta se volvió tan normal entre nosotros, que me dolía aún más el saber su interés y que yo no pueda decirlo, por temor.

-Vincent-llame, con mis pupilas dilatadas,llenas de dolor,los recuerdos volvían a pasar-no quiero que esto te afecte a ti tambien-avise, y el sin entender, solo acercandose mas para hablar conmigo, pero me separe aún más-a penas y nos conocemos,agradezco por tu amabilidad,pero no necesito que te embrolles conmigo,solo por lastima-dije,porque si en realidad,nunca me considere una opción para él, ni que llegaramos a algo más,porque nunca e sido una opción.

—¡No es una lástima, Catherine! -grito,aquello me hizo sentir mas miserable,como pude haberle cambiado su estado de ánimo-sinceramente,siempre he deseado acercarme a ti, desde la primera vez que te vi,no se el porqué, ni como sucedio,siempre te tengo en mi mente y no se como terminarlo,pero a pesar de eso no quiero que deje de suceder, el que continuamente estés en mis pensamientos me gusta.-declaró,logrando que mi corazón comenzara a latir demasiado rápido, ¿había sido una declaración? ¿Le gustó?, cómo podía ser posible.

—No mientas, objeto, No podían ser reales sus palabras; todo es solo para tranquilizarme y eso es todo. Está jugando con mi estabilidad emocional.

—No lo hago— argumentó serio, mientras parecía que cada vez más su acercamiento estaba a nada de toparse con mi rostro.

—Vincent—llame nuevamente—porque me haces esto—sollozó.

—Catherine, déjame encargarme de tus sentimientos y de tu corazón—pidió, mientras su mano retiraba una mecha de cabello y la colocaba delicadamente detrás de mi oído. Aquella acción fue electrizante—déjame ser quien trate tus heridas y borrar aquellos recuerdos, déjame reconstruir tu mundo con el mío—aquello fue un disparo directo hacia mi corazón y finalmente se acercó, sus labios cubrieron los míos, en este mismo instante era feliz, por primera vez sentía que estaba haciendo lo correcto sin ser juzgada

Un lugar brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora