Capítulo 10

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Estoy aquí y no te dejaré

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Estoy aquí y no te dejaré.

Megumi no conoce al clan Zenin.

Cuando conoció a Satoru, sin tacto alguno el hombre explicó como era el clan Zenin. Cada palabra con la que describía al clan solo provocaba en Megumi un nivel de desagrado tal que rechazaba profundamente su parentesco paterno con ellos.

No solo el clan, todos y cada uno de ellos estaban fuera de la lista de Megumi. Incluyendo su padre, el hombre que solo vio contadas veces e incluso tuvo el descaro de llamarlo 'Megumi'.

Lo único bueno que hizo en su vida fue ponerse el apellido de su esposa y por ende Megumi había adquirido por derecho dicho apellido.

Pero ese hombre era historia aparte. 

—No voy a ir— fue su declaración final.

Satoru ayudaba a Tsumiki al guardar varias cosas en su bolso, la niña le había pedido ir a comer helado tan pronto regresaran a casa. Cosa que Satoru no veía mala idea, ayudaría a despejar su mente luego de tanto ajetreo.

Pero Megumi estaba completamente renuente a ir al clan Zenin. Y Satoru lo entendía, maldición que si. Ver caras engreídas, palabras tradicionalistas y sobretodo al viejo Zenin provocaba un nivel de cansancio abrumador.

Si la escuela de hechicería era absurda entonces el clan Zenin podía llevarte a la locura con sus reglas anticuadas y poco humanas.

Tampoco consideraba bueno llevar a Tsumiki a ese ambiente, la niña no tenía absolutamente nada que ver con el mundo de la hechicería. Sólo era una niña común y corriente que había tenido la mala suerte de relacionarse con personas hechiceras. Y aunque Megumi no hubiera manifestado su técnica ritual, era la pieza clave para que el clan Zenin ganara territorio y poder.

Satoru no iba a permitir que eso pasara.

No tenía a nadie con quien dejarlos sin llevarse un regaño, por el momento podía esperar.

Ni siquiera miró a Megumi cuando empezó a hablar, entregándole sus abrigos a cada uno.

—No está en discusión. Iremos al clan Zenin.

—No.

Satoru soltó un pesado suspiro, pasando una de sus manos por su rostro con estrés.

—Megumi, no estoy para discutir. Por favor obedece.

Y el niño estaba por volver a replicar cuando una mano le tapó la boca y lo arrastró a la salida.

Un día NORMAL en la vida de Gojo Satoru y Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora