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Pasaron varios días desde la última vez que Naruto habló con Sasuko. Se había mantenido concentrado en mejorar sus notas y su rendimiento en el baloncesto, pero no podía evitar notar la ausencia de Sasuko en su vida diaria en la universidad. Sakura, quien era amiga cercana de ambos, se acercó a Naruto con evidente preocupación un día después de clases.
— Naruto, ¿has hablado con Sasuko últimamente? Está muy distante y ni siquiera me ha dirigido la palabra — dijo Sakura, frunciendo el ceño con preocupación.
Naruto asintió, sintiendo también la creciente preocupación por Sasuko.
— No he hablado con ella desde hace varios días. Me he dado cuenta de que algo le está afectando, pero no sé exactamente qué es.
— Intenta hablar con ella, por favor... Quizá podría abrirse más contigo.
— No creo que sea el indicado para esto, Sakura, sabes que ella me detesta. Ni siquiera somos amigos.
— Entiendo — suspiró Sakura, retirándose.
Naruto la observó alejarse, reflexionando sobre la situación.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, decidió que tenía que intentarlo. Esperó hasta que todos en el dormitorio estuvieran dormidos y luego se deslizó silenciosamente fuera de su habitación.
El pasillo estaba tranquilo y oscuro. Se movió con cautela, asegurándose de no hacer ruido que pudiera despertar a nadie. Finalmente llegó al dormitorio de Sasuko y se detuvo frente a la puerta. Tomó una respiración profunda antes de levantar la mano para tocar suavemente.
No hubo respuesta inicial. Naruto esperó un momento incómodo antes de intentar de nuevo, esta vez un poco más fuerte.
— Sasuko, ¿estás despierta? — susurró, sintiendo un nudo en la garganta.
Después de unos segundos que se sintieron como una eternidad, la puerta se abrió lentamente. Sasuko apareció en la puerta, con una expresión seria y distante en su rostro.
— ¿Qué quieres, Naruto? — preguntó fríamente, sin invitación en su tono.
Naruto sintió un pinchazo de dolor ante su actitud fría y distante, pero se obligó a mantener la compostura.
— Quería hablar contigo. No te he visto en clases últimamente y Sakura me dijo que estabas distante. ¿Todo está bien?
Sasuko lo miró fijamente por un momento, sus ojos oscuros y sin expresión.
— No es asunto tuyo — respondió cortantemente, antes de comenzar a cerrar la puerta.
Naruto actuó rápidamente, colocando la mano en la puerta para evitar que se cerrara por completo.
—No me voy de aquí hasta que me digas que te sucede.
Hubo una leve sorpresa en los ojos de Sasuko al ver la determinación en Naruto, pero rápidamente se transformó en desdén.
— ¡¿Por qué tendría que decírtelo?!
Las palabras cortantes de Sasuko hicieron que Naruto se quedara sin habla por un momento. La mirada intensa de Sasuko estaba cargada de hostilidad y una pizca de dolor apenas perceptible.
—¡¿Por qué no me dejas en paz?!
— Porque me preocupas... —dijo Naruto con voz suave, sin apartar la mirada de la suya.
— ¡Idiota...! ¡Te odio tanto! —exclamó Sasuko con furia, las palabras saliendo impulsivamente antes de que pudiera contenerse. Sus ojos se encontraron brevemente con los de Naruto antes de apartar la mirada—. ¡Si tú nunca hubieras aparecido en esa escuela, nada de esto hubiera pasado!
Un silencio tenso llenó la habitación mientras Naruto asimilaba las palabras de Sasuko. La confesión de odio la dejó vulnerable por un momento, un destello de dolor y frustración apenas perceptible cruzó su rostro antes de que su expresión se endureciera nuevamente.
Sasuko continuó lanzando maldiciones con el propósito de herir, destruir. Cada palabra parecía estar cargada de una rabia profunda, pero también, entre la inmensa furia, se escondía un dolor latente que sólo se vislumbraba en sus gestos y en el brillo húmedo de sus ojos.
Sin pensarlo más, Naruto rompió el abismo que los separaba y la abrazó. Sasuko se quedó inmóvil por un momento, sorprendida por la repentina cercanía. Pudo sentir la calidez reconfortante del abrazo, una sensación que hacía mucho tiempo no experimentaba. Las barreras que había levantado se desmoronaron en ese instante y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
— D-detente... —susurró, pero su voz temblaba con la fragilidad de alguien que ha mantenido sus emociones reprimidas por demasiado tiempo.
Naruto no la soltó. Sabía que en ese abrazo se estaban diciendo más cosas de las que podían expresar con palabras.
Ella no pudo evitarlo más y se aferró con fuerza a Naruto, correspondiendo el abrazo de una ves por todas.
Después de un momento de resistencia interna, Sasuko se permitió finalmente aferrarse a Naruto con fuerza, correspondiendo al abrazo de una manera que nunca había hecho antes. Su cuerpo temblaba ligeramente, liberando la tensión acumulada durante días, semanas, tal vez incluso años.
Naruto la sostuvo con gentileza pero con firmeza, permitiéndole desahogarse en su hombro. El abrazo se convirtió en un refugio donde Sasuko pudo dejar salir todo lo que había estado reprimiendo. Sus lágrimas continuaron fluyendo, mezclando dolor, frustración y alivio en una mezcla compleja de emociones.
Después de un tiempo que pareció eterno, Sasuko comenzó a calmarse. Aunque su orgullo seguía intacto, la experiencia de ser vulnerable con alguien le recordó que tenía un lado humano, uno que había enterrado profundamente bajo capas de coraza emocional.
Naruto finalmente rompió el silencio que había caído entre ellos.
— Sasuko, no tienes que decirme nada si no quieres. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, incluso si no somos amigos o si me detestas. Si necesitas hablar o simplemente estar en silencio, estoy aquí.
Sasuko se apartó ligeramente, manteniendo una distancia segura pero sintiéndose extrañamente conectada con Naruto en ese momento.
— No te hagas ilusiones, Naruto. No soy alguien que necesite tu compasión o ayuda —dijo con su habitual tono cortante, pero había una nota de gratitud genuina en sus palabras.
Naruto asintió con una sonrisa leve.
— Lo entiendo. Pero a veces es bueno tener a alguien cerca, incluso si es solo para compartir un momento de vulnerabilidad.
Sasuko asintió, incapaz de negar la verdad en esas palabras. Después de un breve intercambio de miradas, decidió cambiar de tema.
— No deberías estar aquí. Si alguien nos ve, comenzarán a hablar.
— Entiendo. Te dejaré descansar. Pero prométeme que te cuidarás, ¿de acuerdo? —le pidió Naruto con preocupación genuina.
Sasuko no respondió de inmediato, pero finalmente asintió con la cabeza, reconociendo la preocupación sincera en los ojos azules de Naruto.
Naruto se alejó lentamente, dejando a Sasuko sola en su habitación. Ella se quedó allí, mirando fijamente la puerta cerrada por donde él se había ido. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía un poco más ligera, como si un peso enorme se hubiera levantado de sus hombros, al menos por ahora.
—Gracias... Naruto.
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Superando los obstáculos.
Hayran KurguNaruto y Sasuko siempre se la pasaban molestandose mutuamente, hasta el punto en que eso se convirtió en una rivalidad, haciendo que quisieran ser mejor que el otro, lastimosamente, Naruto era atlético y destacaba en los deportes, lo cual no era sen...