Vampires Love

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Mark suspiró pesadamente mientras reposaba su espalda en la madera fría, su piel palida casi blanca por la poca calidez que tenía su cuerpo, sus labios morados del frío y sus ojos observando la luna llena.

Había escapado, por fin se había escapado de su "hogar", recibía maltrato diario, tanto verbal como físico y ahora por fin había podido escapar lejos.

Mark no sabía en dónde se encontraba, no conocía ninguna de las calles y mucho menos sus nombres, jamás había salido de casa y ahora se encontraba perdido, pero libre.

Aunque se auto regañaba por no haber traído algo de ropa, pero su escape no fue pre meditado, simplemente vió la puerta abierta y salió corriendo, corrió hasta que sus piernas le pidieron descansar. Había salido de su casa a medio día y ya era noche, no había nadie en las frías calles.

Mark realmente estaba contemplando la idea de quedarse dormido ahí... Sus supuestos padres llegaron a dejarlo afuera toda una noche, sin comida, sin abrigo, no había diferencia con quedarse en el parque.
Mark sabía que su cuerpo podía resistir altas y bajas temperaturas, lo descubrió en contra de su voluntad, pero eso le servía muchísimo ahora.

Volvió a suspirar y luego se acomodó en esa banca, se acostó por completo y abrazó su torso, sería una noche larga si no se llega a dormir ahora.

Mark no tenía celular, no tenía dinero y no tenía su identidad, tal vez ahora se había metido en un agujero negro, pero ese agujero era más seguro que su propia casa.

Mark no supo en qué momento se quedó dormido, solo sabe que ahora despertaba por unas voces que se escuchaban cada vez más cerca.
Habían risas, gritos y más risas, mark se incorporó en la banca con algo de miedo, tal vez solo eran jóvenes volviendo a sus casa, pero mark tenía que estuvieran bajo alguna sustancia y le fueran a hacer daño.

— Ey, un chico — Uno de esos tipos señaló a Mark sin discreción, Mark los observó con temor y se levantó enseguida — No te vayas amigo ¿Estás bien? —

Tres hombres altos (y guapos) se acercaron a Mark con tranquilidad, mark pudo notar que tenían sería preocupación en sus rostros... seguramente le tendrían lastima.

— ¿Estás solo? ¿Estás perdido? Nunca te Vi por aquí — había hablado el más alto de los tres, Mark negó, no supo a qué negó, pero negó.

— ¿Cuál es tu nombre? — Volvió a hablar quien lo había señalado y Mark volvió a suspirar.

— M-mark...mark Lee — Mark respondió con voz baja y una brisa fría pasó sobre ellos, el cuerpo de Mark tembló un poco.

— ¿Estás solo? — El chico que no había hablado repitió la pregunta del más alto, Mark asintió — ¿Sabes dónde estás, Mark? — mark negó en silencio — ¿Te persiste? —

Mark no dijo ni hizo nada, observó las calles en busca del nombre de alguna mientras pensaba en una excusa.

— Escucha, Mark — El más alto de los tres se acercó está vez más serio — No sé a dónde quieres ir o de dónde vengas, pero aquí no puedes estar ... En unos minutos saldrán todos y te verán aquí solo, desorientado —

— como una presa para comer— Interrumpió el más bajo, quien lo había señalado.

Mark sintió un escalofrío y volvió a observar el rostro de los tres hombres, está vez con más detenimiento.

— Mark, si tienes un hogar, por favor vuelve —

— ¿Hogar? — Una risa sin gracia se escapó de los labios de Mark y luego negó — no tengo un hogar, prefiero morir ahora mismo que volver a lo que mal llamaba hogar—

ᗰᗩᖇK; 𝗳𖹭𝗿 ᨡ𝗹𝗹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora