¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La lluvia fuerte hacia que las ventanas sonaran, y el cielo se iluminara por los relámpagos; Y Los fuertes truenos competían con nuestros gemidos que resonaban por casi toda la casa.
Era nuestro día libre de trabajo; después de varias copas de vino, y una comida casera hecha por Pato, una cosa llevo a la otra y terminamos juntos, en nuestra cama y sin ropa. Me estaba acostumbrando a el, y eso me encanta, pero a la vez me asusta, no deje de recibir tales papelitos con notas amenazadoras, pero los escondía es una caja que guardaba lejos de su alcance. No sabía si algo me iba a pasar, pero lo que sí se es que a el lo voy a proteger con mi vida si era necesario.
Lo voy a proteger como ahora el hacía conmigo, con sus brazos envolviendo mi cuerpo mientras que yo estaba sentada en su regazo, desnuda y moviéndome lentamente generando puro placer. Sintiendo su cara escondida en mi cuello, besando mi piel y gimiendo en mi odio, mientras sus manos paseaba por mi cuerpo hasta que sus dedos se enredaban en mi pelo, obligándo a que nuestros ojos se encontraban, nuestras bocas queden a roces y nuestros alientos se mezclen, uniendo los jadeos y sonidos de lujuria.
—Dios...
Por cada movimiento torpe mío, sus jadeos aumentaban, y me gustaba saber el placer que le causaba. Su cabeza se tiro hacia atrás, cerro sus ojos con su boca semi abierta. Aproveche y me aferre mas a su cuerpo, empezando a darle besos por todo su cuello, rostro y boca, sintiendo como su agarre se aferraba mas a mi.
En un pestañeo quede debajo de el, se enderezó y tomo mis piernas para que las enrollara en su cadera. Sus manos agarraron mi cintura y de una estocada entro en mi, generando que mi espalda se arqueara y mis manos se aferren a las sabanas. Pato sin dejar de penetrarme se acercó a mi, poniendo una sus manos en la cabecera de la cama, apretándola con fuerza haciendo que su espalda y brazos se marcaran; con la otra acuno mi cara, uniendo nuestros labios en un beso tan intenso que hasta me empezaron a doler un poco los labios. Mis uñas no tardaron en clavarse en la piel de su espalda, dejando marcas rojas.
—Me vas a matar mi amor...
Jadeo una vez mas, mirándome fijamente a los ojos, y con una sonrisa lo bese otra vez. Unas estocadas mas, torpes y con fuerza bastaron para que los dos acabemos, llegando al punto máximo, cayendo rendidos en la cama. Con cuidado nos tapamos con las sabanas, y mientras me acomodaba en su pecho, el beso mi frente.
—Te amo...
—Te amo...
Le respondí, agarrando su mandíbula y dejando varios besos cortos antes de volver a acomodarme en su pecho.
(...)
3:40 am.
Como me pasaba en las ultimas semanas, no podía dormir. De todas formas no era algo que me afectaba, antes de que Pato me salvara, en ese lugar de mierda no solía dormir demasiado. A veces me pasaba una noche entera sin pegar un ojo.
