Auradon | 2024
El día podría haber sido un bello momento para todos, pero no fue así. Hace dos días se reportó a la reina Mal como desaparecida. Desde entonces incontables búsquedas lideradas por el rey Ben fueron llevadas a cabo, y todas, sin éxito alguno. No se tenia certeza del paradero de la monarca hija de villanos, tanto el pueblo como sus allegados fueron quienes la buscaban sin cansancio.
—Debes tener paciencia—Le pidió su madre mientras sostenía sus manos buscando tranquilizarlo al menos un poco, sabía que Ben estaba muy tenso desde que Mal se declaró como desaparecida.
—No puedo tener paciencia, mamá. No puedo... ¿como estará ella? ¿le habrán hecho daño...?—Cuestionaba Ben mientras su voz reflejaba demasiado temor, necesitaba saber de su esposa, donde estaba, como estaba, la necesitaba de vuelta en sus brazos.
—Ella estará bien, hijo... descuida...—Bella buscaba calmar a su hijo, con el alterándose cada cinco minutos era más difícil obtener respuestas.
Por otra parte, los padres de Mal y su hermano eran los más preocupados y afectados con la repentina desaparición de la chica, solían presionar para aumentar las búsquedas, y ellos también ayudaban.
Todos solían reunirse en el castillo Beast para mostrar los avances sobre las búsquedas que estaban siendo llevadas por agua, tierra y aire.
El agente encargado de la búsqueda de Mal por tierra se puso en contacto con ellos y acordaron verse en la sala de juntas del palacio, donde ya todos se encontraban reunidos.
Hades buscaba poner atención pero le era imposible, el recuerdo de cuando vio por última vez a su hija lo consumían, 《Pude haberla acompañado...》pensaba mientras la foto de su hija aparecía en la pantalla junto al mensaje que decia: "Desaparecida"
Finalmente puso atención cuando el hombre dijo unas palabras que llamaron su atención.
—Me temo que tengo malas noticias que darles.—Comenzó a decir el agente, todos centraron su vista en el hombre, no les gustaba el tono de decirlo, y temían lo peor.
—¿Como cuales...?—Preguntó Ben rápidamente y con nervios, quería saber todo, quería saber si ya había al menos una respuesta certera sobre su esposa.
Inmediatamente todos dirigieron su vista hacia el hombre que estaba de pie frente a todos ellos.
—La reina Mal Underworld fue encontrada esta mañana en una de las cabañas en el bosque de Sherwood—Continuó diciendo sin apartar la mirada de las personas presentes
—¿Y en donde esta ahora...?—Preguntó Hades mientras el vacío en su estómago le anunciaba que algo andaba mal con su hija, podía sentirlo, no le gustaba aquella sensación.
—Lamentablemente se confirmó que esta muerta—Finalizó el agente, inmediatamente la mirada de todos se nubló ya que se había llenado de lágrimas.
¿Mal? ¿Sin vida? ¿Quién lo habría hecho? ¿Donde estaba el culpable? ¡Necesitaban justicia! Necesitaban verla...
—Lo lamento... hicimos lo que pudimos pero me temo que fue tarde—Contestó el hombre, el silencio inundaba la habitación.
Hades le dio un fuerte golpe a la mesa, demostrando la impotencia de no haber podido hacer nada para salvar o ayudar a su hija, todos lo miraron levantarse de su asiento, su esposa lo siguió y ambos abandonaron la habitación, no mucho después todos pudieron escuchar el grito desgarrador y sobre todo doloroso que soltaron los padres de la chica.
Acababan de perder a su hija...
Hadie, el hermano mayor de Mal permaneció en la habitación aun en shock por aquella noticia.
—Esto no puede ser posible...—Negaba el chico aun sentado, se negaba rotundamente a admitir que su hermana había fallecido, que la había perdido para siempre.
—Hadie...—Dijo Harry, el mencionado negó en respuesta y los miró, las lágrimas demostraban lo afectado que lo tenía la noticia y la situación.
—Mi hermana no está muerta... —Las lágrimas del chico amenazaban con salir y demostrar el evidente dolor.
De nuevo la habitación se lleno de un amargo silencio, seguido de eso está vez fue Hadie quien abandono la habitación para irse con sus padres.
Bella y Adam no dudaron en ir a abrazar a su hijo para demostrarle su apoyo. Y fue el punto de quiebre del rey, el cual se atacó a llorar amargamente al recordar las palabras del agente donde le decía que su esposa había perdido la vida, ni siquiera había podido despedirse de ella, le dolía el corazón de tan solo imaginar como es que su esposa pudo haber sufrido.
Al igual que los padres y hermano de la chica, se negaba a aceptarlo, y no lo haría hasta verla con sus propios ojos. Conforme pasaron los minutos cada miembro de la corte fue abandonando la habitación.
—Necesito estar solo...—Pidió el rey a sus padres, estos se miraron y luego de darle un último abrazo decidieron dejarlo.
La habitación permaneció en silencio unos momentos luego de que todos salieron, Ben se levantó de su asiento y comenzó a lanzar los cuadros, sillas, y cada cosa que se atravesaba en su camino hacia el suelo. Mientras los gritos desgarradores y dolorosos salían de su garganta demostrando su dolor ante la pérdida.
El mundo parecía detenerse a su alrededor mientras la noticia se filtraba en su mente. Después de días de angustia, de buscarla incansablemente, ahora la realidad se abría ante él como una herida profunda.
Las lágrimas brotaron de sus ojos aun más, y su pecho se apretó con una mezcla de dolor y rabia. ¿Cómo podía ser cierto? Mal, su compañera de vida, su amor, ahora estaba perdida para siempre. Las imágenes de su sonrisa, sus risas compartidas y sus momentos íntimos se agolparon en su mente, como si quisieran escapar de la cruel realidad.
El mundo exterior se volvió borroso, y Ben se dejó caer al suelo, abrumado por la pérdida. Recordó la última vez que vio a Mal, deseaba haberla abrazadl al menos una ultima vez antes de salir de casa, o no haberla dejado irse esa noche. ¿Qué había pasado? ¿Cómo había llegado a esto?
La habitación parecía más pequeña, más oscura. Ben se sintió atrapado en un torbellino de emociones. Tristeza, ira, confusión. Quería gritar, quería culpar al mundo entero. Pero solo pudo sollozar, con el corazón roto y la certeza de que su vida nunca volvería a ser la misma.
El dolor se convirtió en un nudo en su garganta, y Ben cerró los ojos, deseando que todo fuera una pesadilla de la que pudiera despertar. Pero la realidad seguía allí, implacable, como un golpe directo al alma.
Así que Ben lloró. Lloró por Mal, por su amor truncado, por los planes que nunca se realizarían. Y en su dolor, encontró una promesa silenciosa: nunca la olvidaría. Su amor perduraría, aunque ella ya no estuviera a su lado.
La habitación se llenó de un silencio pesado, y Ben se permitió sentir. El mundo seguía girando, pero para él, todo se había detenido. Mal se había ido, y él quedaba atrapado en un abismo de tristeza y desesperación.
Nunca olvidaría su sonrisa, su risa, su amor. Y en ese momento, Ben supo que tendría que aprender a vivir con el vacío que ella dejó atrás. Un vacío que nunca podría llenar, pero que llevaría consigo hasta el último de sus días.
No estaba listo para dejar ir a su amada, pero sobre todo, no estaba listo para el caos que desataria la noticia de la muerte de la chica. Noticia que no tardó mucho en ser dada a conocer a todo el reino, esa noche, el reino se lleno de un inmenso dolor, y esperaban el momento para despedir a su reina, aunque nunca subió al trono, se convirtió en la reina de sus corazones.
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.¡Hello! Nueva historiaaa, esta historia la hice hace creo un año, y por fin puedo compartirla con ustedes, ¡Espero les guste, me encantaría leer sus comentarios y espero sus votos, los quiero!
Continuará...
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Who? | Descendientes
FanfictionMal Igna Underworld, la reina de Auradon, es encontrada sin vida tras haber desaparecido días antes, todos buscan encontrar al responsable de tal acto tan triste, y el más afectado es sin duda su padre, quien es de los primeros en buscar ayudar a en...