Protección.

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Lo esperé a que regresara toda la noche, pero no llegaba, comencé a preocuparme. En ese estado podía hacer cualquier cosa idiota. Cuando volvió eran casi las seis de la mañana, se encontraba totalmente drogado, y con un moretón en la mejilla. Cuando abrió la puerta casi cae al suelo, me levanté con rapidez para ayudarlo.

- Cielos, Max, ¿Qué hiciste?

- Necesito agua

- Max, ¿Qué te paso en la cara?

- Debiste darme esa bolsa

- Max...

Cayo dormido y no hablamos hasta que la mañana paso. Al despertar se encontraba más tranquilo.

- Max... - dije preocupado - ¿Qué fue lo que sucedió?

- Me encontré a Garry, y nos peleamos

Comencé a observarlo con angustia, vi más moretones en sus manos y un moretón grande en la mitad de su antebrazo.

- ¿Qué es eso? – pregunté mientras señalaba

- Oh, ¿Esto? Es... mmm

- ¿Qué es? – pregunte con seriedad

- Una marca de aguja...

- ¿Te inyectaste drogas? – pregunté ansioso

- Sí

Sentí que mi estómago se revolvía, me sentí culpable.

- Max, de verdad no...

- Ya no, ya no más Eithan, ya basta – rodo los ojos - ¿Quieres hacer algo por mí? – asentí – Hazme sexo oral, ¿Quieres?

No me sentí obligado a hacerlo, pero si bastante frustrado y lleno de culpa. No entendía por qué todo era así, él era tan volátil e impredecible. No había forma de contener sus actos. Me sentía arrebasado por la situación. No había forma de hacerlo entrar en razón, ni de hablar de sus sentimientos.

...

- ¿Qué harías si alguien que quieres se está haciendo daño? – pregunté a Eloise mientras ella comía su sándwich

- Intentar ayudarlo

- ¿Y cómo ayudas a alguien que no quiere hablar lo que le ocurre?

- Creo que debes crear un ambiente donde se sienta seguro, y dejar que hable por sí sólo, Eith... ¿Qué está pasando? Hace mucho que no te veo entrar a clases

- No... no quiero hablar de eso

- Eith, sabes que puedes contar conmigo, siempre. ¿Lo sabes no? - dijo al mismo tiempo en que me dirigía una mirada de comprensión

- Te juro que todo está bien Elo, todo está bajo control – ella asintió, sé que en el fondo deseaba que le hablara, pero no podía, todo me sobrepasaba, pero ella era paciente, y prefería esperar antes que obligarme a hablar, me hacía sentir seguro.

Hace mucho que no veía a mis amigos, y había dejado de hablar con Tom. No respondía a sus mensajes, creo que una parte de mí deseaba olvidarlo, así Max podría ver dentro de mí, saber que no era un traicionero. Creo que creía, en lo más profundo de mí, que él podía oler mi lealtad, como si hubiera un olor que se desprendía de mí.

Los siguientes días Max estaba más serio, distante, pero yo intenté con todas mis fuerzas que se abriera a mí, no podía conseguirlo y cada vez me sentía más frustrado, no sabía cómo sacar esa frustración, así que veía a Charlie y James, estaba con ellos una y otra vez, una y otra vez. Me sentía sucio, pero no podía pararlo. Y cada vez que volvía a ver a Maximilian, podía sentir que él lo sabía, que podía oler mi deslealtad, pero no lo decía.

Un día, después de volver del bar, iba caminando por un callejón y un hombre salió de la nada, era grande, robusto, pelirrojo y lleno de tatuajes, me sentí intimidado. Se acercó a mi con agresividad.

- ¿Dónde está Max? – preguntó con dureza

- No lo sé, yo...

- Me debe dinero, y tú vas a pagármelo

- ¿Yo? ¿Por qué yo?

- Son novios, los he visto

- No lo somos

- Pues que mal, porque de todas formas vas a pagarlo

- No, no tengo dinero, en verdad – titubee nerviosamente

- No me importa si es con dinero o a golpes, vas a darle este mensaje por mí – lo siguiente que recuerdo fue un puño contra mi cara y muchos golpes por todo el cuerpo, al finalizar de golpearme el hombre me tomo por la playera y me amenazo – Dile que, si no me paga, la siguiente será él – me soltó y caí al suelo, sentí que me dolía una costilla y pude ver sangre escurrir de mi nariz. Me sentí mareado, camine con dificultad toda la calle hasta la Van de Max, toque la puerta y él abrió confundido, cuando me vio su rostro cambió inmediatamente, parecía horrorizado y realmente preocupado.

- ¡Eithan! – exclamo y me hizo entrar rápidamente - ¿Qué mierda te paso?

- Un hombre... grande... un hombre

- ¿Pelirrojo?

- Sí

- Mierda, es Garry

- Me duele el costado – pronuncié quejumbroso

- Ven, acuéstate – me llevo hasta su cama y luego comenzó a curar mis heridas con una toalla y hielo, mire su rostro y se había endurecido, estaba perdido en sus pensamientos

- Dijo que serías el próximo – titubee

- Maldito hijo de puta – musitó – No puedo creer que te haya hecho esto, maldito hijo de perra, me las va a pagar

- No por favor, no quiero que te lastime

- Nadie se mete con mis amigos

- Max, por favor

- Me las pagará, lo juro

- No lo hagas

- Todo estará bien Eithan, vas a estar bien

- Max, realmente me preocupa, no te metas en líos

No dijo nada más, pero podía ver la convicción en su mirada. Cuando terminó de curar mis heridas se recostó a mi lado y me abrazó por encima de los hombros.

- Recuerdo mi primera paliza – dijo mientras se reía – Tenía 10 años, me pelee con mi vecino, era un idiota. Duele por unos días, pero luego se pasa

- ¿Ganaste?

- Sí – Afirmó orgulloso – Te tengo que enseñar a pelear, no puedes dejar que nadie te intimide

- Eso sería útil

- No siempre estaré para protegerte 

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