Abrió los ojos y de inmediato supo que era un sueño. ¿Cómo no lo iba hacer siendo un lugar demasiado hermoso para ser verdad? El pasto era verde, grandes y frondosos árboles con frutos desconocidos se esparcían por aquel bosque; el cielo era azul con esponjosas nubes que formaban figuras de diferentes tamaños y dimensiones. El olor a tierra mojada, el delicado aroma de los girasoles siendo bañados por los rayos amarillos, a tulipanes, liz y aun sin fin de flores, todos combinados y mezclados para dar a conocer un olor único y delicioso. Se sentía feliz, libre, pero como todos sus sueños, este no duro mucho.
Escucho voces. No voces celestiales, de esas que te dan ganas de correr a buscarlas, todo lo contrario. Voces que hablaban demasiado rápido de cosas que ningún ser humano debía pensar y mucho menos hacer. Asesinar, herir, suicidarse, engañar, burlarse, traicionar... Todo esto junto a emociones que no eran los adecuados. Lujuria, tristeza, desconfianza, ira, celos, egoísmo, temor...
El hermoso campo fue cambiando, era como si hojas de papel fueran rasgadas, mostrando la fría y triste realidad. Todo se volvía sucio, negro y lamentable. La oscuridad lo comenzó a envolver poco a poco, robándole su paz. Su cuerpo se sentía pesado, el respirar le quemaba y ya no sabía que era lo que le estaba pasando. Manos viscosas que parecían ser de chapopote comenzaron a jalarlo con fuerza hasta lo más profundo de la oscuridad, donde llantos, gritos y risas de sufrimiento se escuchaban.
Para.
Detente.
No quiero.
No más, por favor.
¡Alto!
El sonido de la campana de la escuela que indicaba que era hora de levantarse sonó, despertándolo de ese terrorífico escenario, que para su mala suerte, sólo recordaba las manos pegajosas. Se levantó lentamente, sosteniéndose la cabeza. Odiaba eso. No recordaba nada del sueño, mas que el sentimiento de ser tocado, pero sabía que había sido una pesadilla porque cada que las tenía le dolía la cabeza como si se estuviera quemando. Aparto las sabanas para así levantarse y comenzar con su primer día de clases.
☾ ☼☽
Entro a la clase con tranquilidad. Era el primero en llegar así que pudo escoger cualquier lugar que le gustara: el último asiento en la última fila. Alejado de todos, como debía de ser.
Después de unos diez minutos los alumnos comenzaron a llenar el salón de clases con risas y parloteos de toda clase de conversaciones, provocándole a Kuroko temblores en sus manos, por lo cual, rebusco en su mochila algún libro que lo lograra distraer de todos, pero no pudo disfrutarlo mucho ya que un maestro que aparentaba tener más de treinta años, con barba en forma de candado, cabellera castaña, ojos pequeños y nariz perfilada entro al salón; vistiendo un conjunto de pantalones beige y una camisa blanca con el logo de la escuela. Dejo sus cosas en su escritorio de caoba y miro a todos sus alumnos.
El salón sólo tenía diecinueve alumnos, todos de procedencias de cualquier parte del mundo y con padres de diferentes niveles económicos, tanto podían ser hijos de un rey, príncipe o del presidente como de algún vendedor ambulante o, tal vez, huérfanos, pero en aquella escuela no importaba tus padres, si lograbas entrar y, sobre todo, graduarte, demostrando tus mayores habilidades, entonces podías alardear de eso, mientras tanto, no. El profesor suspiro mientras se dirigía aquella pizarra electrónica y escribía su nombre.
—Soy su maestro de historia universal uno, Fernando Alart —dejo el lápiz y se volteó a ver a sus estudiantes —. Como todos los años he de explicarles las reglas, ya que sabemos bien que al ingresar no muchos las leen y, sin embargo, firman —algunos estudiantes soltaron leves risas —. La primera regla es la más importante y es que ningún estudiante, bajo ninguna circunstancia, tiene permitido vagar por la escuela después del toque de queda, el porqué es simple —miro a todos —. Nuestra escuela está regida bajo normas, las cuales tienen que seguir al pie de la letra, es por esa razón que si un profesor les prohíbe algo tienen que acatarla, no toleramos a estudiantes problemas. Otra muy importante es que sigan su horario. Si su hora de desayuno es a las ocho, a las ocho vayan a desayunar, si su hora de entrada es a las diez a las diez deben de estar allí —se colocó enfrente de un estudiante de baja estatura pelo de color verde con piercings y ojos azules —. No se soportara a chicos o chicas problemas, así que si tienen un conflicto mas les vale arreglarlo con palabras o avisar a un profesor para solucionarlo ya que sí nos enteramos de alguna pelea esta será castigado por el profesor de geografía mundial y créanme —se apartó del chico y se dirigió a su asiento para sacar un pequeño estuche que se hizo más grande —. El profesor Kast no es nada amable cuando se trata de conflictos —se colocó al costado de una chica morena de cabellos marrones—. Celular o cualquier artefacto tecnológico —la chica lo miro incrédula —. ¿Qué es esa cara? Me imagino que les avisaron de esto —volteo a ver a todos y algunos estaban muy confundidos, bajo su cabeza suspirando —. En esta escuela hacemos todo a la "antigua" —hizo comillas con su mano—, no usaran celulares, internet o computadoras para hacer sus trabajos, todo se entrega a mano o a máquina de escribir —al ver que la chica le entregaba sus cosas comenzó a avanzar.

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Osuz
FanficKuroko Tetsuya. Akashi Seijuro. Ellos cargan un romance que fue separado hace siglos y vuelve a unirse por el deseo del destino... ¿Podrán lograr superar cualquier calamidad o dejaran que ese amor se desvanezca? ---- (Las imágenes que use de portada...