Osuz

Día VI

—¡Kuroko! —grito Akashi mientras se despertaba de ese escalofriante sueño.

Exhalaba e inhalaba aire con demasiada fuerza, gotas y gotas de sudor salían a relucir de los poros de su piel que vibraba. Se quedó quieto durante unos segundos antes de que una jaqueca lo invadiera; fue en ese momento en que la imagen de Kuroko muerto llego. Con una rapidez casi inhumana salió de su habitación en dirección a la de este.

Cuando estuvo enfrente de esta comenzó a golpearla con fuerza, ignorando por completo a los demás habitantes de aquella área. Sólo quería asegurarse que el chico estuviera bien y nada más... nada más importaba. El click del seguro se escuchó y, sin esperar una invitación, abrió la puerta y se lanzó abrazar al chico que tenía enfrente de él.

Kuroko se encontraba tan pasmado ante tal acción que ni siquiera se percató que su contacto no quemaba.

—Me alegra que estés bien —le susurró al oído.

Agito su cabeza levemente.

—¿P...por qué no d...debería de estarlo? —dijo intentando apartar al chico.

Pero Akashi lo apretó más así sí.

—Por favor no te separes de mí.

Kuroko al escuchar aquello se quedó estático en su lugar sintiendo que su visión se alejaba y de un momento a otro un montón de imágenes comenzaron a llegarle a la mente.

Alguien corriendo a toda velocidad hasta llegar a un acantilado, otra persona intentando alcanzarlo...lluvia. Un atardecer. Flores negras. Llamas y... Un beso.

Su cuerpo tembló y sus piernas no lo sostuvieron más, haciendo que Akashi lo cogiera antes de llegar al suelo.

—¿Kuroko? —lo llamo mientras los dos se sentaban en el suelo.

Parpadeo un par de veces antes de ver el rostro del contrario.

—Akashi-kun —lo miro a los ojos.

—¿Estás bien?, estabas por desmayarte —le comento algo alarmado.

Se colocó una mano en la cabeza, dirigiendo su mirada al suelo.

—Sí, sólo que —balbuceo antes de volver a posar sus ojos en los de su contrario —... Creo que tu...ve una visión —soltó levemente.

Akashi lo miro interrogante antes de posar sus ojos en sus manos que se encontraban rodeando la cintura del menor.

—Kuroko... ¿no te sientes mal? —pregunto algo asombrado.

Ladeo la cabeza un poco sin entender la pregunta, pero al seguir los ojos del Akashi se sorprendió al ver que este lo estaba tocando. Tocando.

—S...sólo siento algo de calor, pe...pero... —no pudo seguir.

Akashi separo una de sus manos y coloco la palma de su mano enfrente de Kuroko. Captando lo que quería hacer su contrario alzo igual su mano, la miro unos momentos antes de posarlos de nuevo en los orbes rojos y como si estuvieran conectados, ambos suspiraron y acercaron con lentitud sus palmas, cada milímetro acortado el calor se hacía más fuerte y, para mala suerte de ambos, cuando sus manos se tocaron, el calor fue tan intenso que el rose no duro más de un segundo. Kuroko sacudió su mano, intentando calmar el dolor, por el contrario Akashi suspiro resignado.

—Entonces, ¿cómo es posible que... —se silenció al ver que lo estaba tocando por encima de la ropa —. Ah —alzo unas cejas —. Cierto, la ropa impide que te toque directamente.

Kuroko asintió.

—Ya veo.

Expiro un poco de aire Akashi antes de levantarse de donde estaba. Kuroko lo imito y al verlo algo mejor hizo de nuevo la preguntar.