𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒃𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓𝒔

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Frank mantenía su mirada fija en el lindo hombre de cabello castaño, sonriendo al verlo en ese traje de porrista de color verde. Era la segunda vez que le veía usarlo pero no dejaba de sentirse fascinado por la manera en la que dicho traje resaltaba con la figura del castaño.

Tal vez debería dejar de verlo pero le era imposible. Hacía muchísimos años atrás habían sido cercanos, bastante cercanos pero con los años se distanciaron un poco. Cada uno empezó una vida distinta; Frank siguió haciendo música mientras Gerard se concentraba en sus proyectos.

Ya no eran jóvenes, toda la locura de esos años se había acabado, *ellos* se habían acabado. Gerard parecía no mirar atrás pero el tatuado seguía atascado en esos años. Había cambiado, había pasado por mucho pero jamás dejó de sentir lo que sentía por Gerard, aún así respetó su decisión y le dejó alejarse tanto como quisiera.

Ahora sentía que no lo conocía. Durante los últimos meses del tour Gerard había comenzado a ser más abierto en el escenario, a mostrar una confianza que nunca había visto en él y eso le hacía sentir mejor.

Entonces entendió porque el de ojos verdes tomó la decisión que tomó. Necesitaba conocerse mejor a sí mismo, saber quién era y dejar que su creatividad se impusiera sin tener vergüenza. Conocía ese sentimiento, lo conocía bastante bien.

Gerard tomó una botella de agua y se sentó en el sofá junto al tatuado.

-¿Qué tal? ¿Todo listo?-. Gerard sonaba totalmente tranquilo, se notaba que estaba cómodo en ese vestido.

-Todo listo, solo queda esperar un poco más, pronto abrirán las puertas-. Sus ojos examinaron el rostro del mayor, quién le sonreía. Daría lo que fuera por besar esos labios una vez más. -Gee... Te ves muy bien, obviamente ya lo sabes pero...-.

-Gracias-. Interrumpió Gerard con un tierna sonrisa para evitar que su compañero se enredara con sus propias palabras. -¿Sabes? A veces me gustaría haber hecho esto antes pero estoy feliz de hacerlo ahora-.

-Cambiaste Gee, es bueno que tengas confianza en ti ahora y créeme que me encanta verte feliz-.

Los ojos verdes examinaron un momento al tatuado hasta que decidió moverse y acercarse un poco más a él. Descansó su mejilla contra el brazo del tatuado, suspirando suavemente.

-He hecho muchas cosas durante estos años, he experimentado con todo lo que tenía curiosidad pero hay algo que nunca hice-.

Frank dudó un momento pero finalmente llevó una mano a acariciar el cabello ajeno, feliz de volver a sentir a Gerard tan cerca. -¿Qué es lo que nunca has hecho, bonita?-.

-Bailar-.

-¿Bailar?-. Preguntó Frank un poco confundido. Lo veía bailar cada noche en el escenario.

-Sí pero no solo bailar y ya, bailar con alguien y... Ya sabes, un baile lento pero supongo que es raro teniendo en cuenta mí edad-.

-No, Gee, no es para nada raro-. Su mano se deslizó hasta la mejilla ajena, sonriendole. -Sé justo a lo que te refieres-. Miró alrededor, asegurándose de que todos los demás estaban demasiado interesando en sus propios asuntos como para prestarles atención.

Se pusó de pie mientras Gerard lo observaba, esperando cualquier ocurrencia que saliera del tatuado. Aunque jamás se esperó que esa ocurrencia fuera poner una canción en su celular y ofrecerle una mano para ayudarle a ponerse de pie.

-Oh Frank-. Tomó su mano cuando se dio cuenta de lo que pasaba y se levantó. -No tienes porque hacer esto...-.

-Yo quiero Gee, déjame hacer esto ¿sí?-.

𝑶𝒏𝒆-𝑺𝒉𝒐𝒕'𝒔 𝑭𝒓𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora