𝑶𝒏𝒆-𝑺𝒉𝒐𝒕'𝒔 𝑭𝒓𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅

Tiara de flores

Los dedos de Gerard se movían sin prisa, entrelazando los suaves, largos y castaños mechones de aquel príncipe.

Creaba delgadas trenzas al azar entre su cabello mientras Frank reposaba su cabeza en su regazo, cortando algunas flores de cerca.

Estaban comprometidos. Se habían enamorado con el paso del tiempo y eran felices de esa manera, aunque no era muy común que dos príncipes se convirtiesen en esposos era algo que querían hacer y no pensaban prestar atención a lo que otras personas dijeran porque sabía que los comentarios negativos no faltarían a pesar de la época.

—Ya está, te ves perfecto —Murmuró cuándo terminó con el cabello del menor antes de ver lo que estaba haciendo.

—Gracias, yo también acabé.

Frank le dio una sonrisa y alzó una delicada tiara hecha con flores. Él mismo se había encargado de entrelazar las distintas flores, hasta formar la corona que quería.

—Es muy hermosa —Respondió sonriéndole de regreso.

—Me alegra escuchar eso —Se levantó de su regazo y colocó la tiara sobre la cabeza del pelinegro con sumo cuidado—. Listo, te ves precioso así.

—Basta —Sus mejillas se cubrieron de un ligero tono rosado y se inclinó un poco más cerca hasta posar sus labios sobre los ajenos. 

Fue un beso suave, lento y cálido. Las manos del príncipe castaño se posaron sobre la cintura del otro príncipe para mantenerlo cerca. Besar sus labios era uno de los mejores placeres que había conocido en su vida.

Gerard rio y le detuvo cuándo sus manos se deslizaron más abajo.

—No aquí cariño.

—Vayamos adentro entonces —Invitó mientras lo veía con un poco de súplica, haciéndolo reír nuevamente.

—Bien, pero debes ser rápido —Susurró.

No tardaron mucho en levantarse y dirigirse a la habitación que ya llevaban un tiempo compartiendo.