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Jungkook observaba a su pequeño rubió comer como si nunca lo hubiera hecho, aunque era bueno verlo comer así como lo estaba haciendo ya que las primeras semanas del embarazo se la pasaba vomitando todo lo que ingería y obviamente se enojaba con él ya que no podía comer.

Ya habían pasado cuatro meses desde que se dió cuenta que su rubió estaba embarazado, todo había fluido de maravilla, aunque con los cambios de humor que se cargaba su rubió había sido un poco difícil hacer que estuviera feliz, a veces lo encontraba llorando por las que consideraba estupideces Pero siempre estaba ahí para consolarlo y mirarlo, también a veces se enojaba por cosas pequeñas, un día se comió uno de sus postres favoritos y se enojó con él por casi una semana.

Jimin miró a Jungkook mientras comía—. ¿No vas a comer Jungkookie?— preguntó Jimin con su boca llena

Jungkook río por lo tierno que se veía, parecía una ardilla con sus mejillas llenas de comida—. Con verte comer estoy satisfecho— dijo mientras admiraba a su lindo rubió

Jimin tomo agua para bajar la comida y después le sonrió—. No digas eso Jungkookie, también debes de comer—

—. Pero tu debes de comer aún más ya que tienes que alimentar a dos pequeños— dijo Jungkook con una sonrisa

Jimin sonrió y tocó su ya abultado estómago con delicadeza. Hace poco habían ido a donde Jin y se dieron cuenta que no estaba esperando un bebé, si no dos, eran mellizos, se había sorprendido mucho cuando se dio cuenta, su Jungkookie casi llora de la felicidad y él junto a él. En un par de semanas podría saber si eran dos niños, niñas o niña y niño, la verdad es que le gustaría un niño y una niña pero estaba bien con lo que fueran, siempre amaría a sus dos pequeños sin importar el género.

Su madre lo había visitado hace unos tres meses atrás pidiéndole disculpas por todo lo que había hecho, y por ser tan mala madre, aceptó sus disculpas, tampoco podía odiar a su madre, de todos modos ella le dio la vida. Por otro lado estaba su padre biológico, Mikhail, le había contado todo y se sorprendió bastante pero se puso feliz al saber que sería abuelo aunque había dicho que no estaba feliz que él padre fuera su Jungkookie; Mikhail había estado visitandolo cada mes al igual que su hermano, le traían regalos carísimos, todavía no se acostumbraba a todos esos lujos en los que ahora vivía. Nunca en su vida había imaginado terminar enamorándose de su profesor y de el mafioso que era, y terminar embarazado del mismo y no se arrepentía de nada de ello, su Jungkookie lo trataba como un Rey y le daba todo lo que pedía.

—. Jungkookie...— llamó y Jungkook le prestó toda su atención—. Gracias por todo, te amo— dijo dedicándole una gran sonrisa que demostraba lo feliz que estaba, Jungkook lo admiro unos momentos y se levantó de su silla para ponerse de rodillas en frente de él mientras observaba la expresión de sorpresa de su lindo Rubió

—. Jimin, cariño, quiero que siempre estés a mi lado y yo al tuyo, quiero hacerte siempre feliz, que siempre sonreías y te diviertas, sabes que daría la vida por ti cariño, por ti y nuestros pequeños. Tengo una razón ahora para vivir y esa eres tú, tu mi pequeño Rubió, que haces que mi vida se llene de color y alegría, Jimin tú eres mi mundo, eres todo para mí, tú eres mi más grande felicidad. Te amo Park Jimin  y por eso te preguntó amor mio ¿Quieres casarte conmigo? —  dijo mientras sacaba una cajita de cuero y la abría dejando ver un anillo de oro puro, los ojos de Jimin se cristalizaron al escuchar todo lo que había dicho Jungkook, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas por la felicidad que sentía en este momento, se abalanzó hacia a su mayor y lo abrazo fuertemente

—. ¿Como podría decirte que no? Si tu eres la persona que más amo y adoro. Aceptó, aceptó tu propuesta— dijo mientras lo miraba a los ojos, Jungkook sonrió feliz y colocó el anillo en su dedo anular y beso tiernamente sus nudillos

SҽƈɾҽƚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora