Piper no esperaba que su padre en persona fuese a recogerla.
No era una sorpresa desagradable, pero llegaba en un momento del todo inoportuno. ¿Cuáles eran las probabilidades? Por una maldita vez, a través del tiempo y el espacio, en el que su padre se permitía prestarle más de unos pocos minutos de atención, era cuando estaba tratando de desentrañar el misterio detrás de su propia regresión en el tiempo.
Maravilloso.
Simplemente maravilloso.
Aún así, a pesar de su amargura, Piper se permitió un breve instante de felicidad. Su padre no era muy distinto a como lo recordaba, unos cuantos años más joven, sí, pero no lo suficiente para ser demasiado notorio: dientes perfectos, barbilla con hoyuelo y aquel brillo en los ojos que siempre hacía que las mujeres adultas gritaran y le pidieran que les firmara el cuerpo con rotulador.
—¡Pipes!—su padre le abrazó con fuerza—. ¡Mira cuánto has crecido desde Navidad!
Lucía su característica sonrisa llena de seguridad y su cabello recién cortado como si estuviera listo para rodar una escena. Vestía de forma casual, como si quisiese no resaltar demasiado, pero claramente le era del todo imposible, considerando la cantidad de gente que se amontonaba no demasiado lejos de ellos, sacando fotos a la distancia y llamándole a gritos.
A Grover le entró un tic en el ojo.
—Piper... ¿tu papá es Tristan McLean?—preguntó—. ¡¿Y nunca nos lo dijiste?!
Piper intentó mostrarse apenada.
—Lo siento, Grover. No me gusta que la gente lo sepa, me tratan bien sin siquiera conocerme. Es más fácil saber quienes son tus verdaderos amigos cuando nadie sabe que tu papá es famoso.
El chico parecía estar tratando de pasarse un balón de fútbol por la garganta.
—Sí, pero... yo...—sacudió la cabeza—. Yo... necesito ir al baño.
Cuando Grover se disgustaba solía entrar en acción su vejiga, así que a nadie le sorprendió que se fuese hacer cola para el lavabo. Jason y Leo suspiraron aliviados, el chico cabra les estaba poniendo de los nervios al no parar de refunfuñar durante todo el camino: "¿Por qué siempre pasa lo mismo?" Y "¿Por qué siempre tiene que ser en sexto?"
Tristan McLean tosió para llamar la atención.
—Así que, ejem, Piper. ¿Estos son tus amigos?
Piper se rascó la cabeza.
—Esto... sí, ellos son...
—Tú debes de ser Jason—se adelantó su padre, extendiéndole la mano al chico—. Piper me ha hablado mucho de ti.
Jason aceptó el apretón de manos, aunque por una vez se le notaba bastante nervioso.
—Mucho gusto... señor.
Piper se apresuró a disminuir la tensión en el ambiente.
—Y este es Leo, mi otro mejor amigo.
—¿Cómo le va?—sonrió el aludido, aunque ciertamente tampoco se le notaba muy emocionado.
Piper cambió su peso de una pierna a otra incómodamente.
—Esto... papá, gracias por venir a recogerme, no te lo tomes a mal, pero... ¿qué haces aquí? No creí que tuvieses tiempo para verme.
Su padre le sonrió.
—Bueno, acabo de firmar un contrato. Las filmaciones empiezan en una semana, pero por mi nuevo horario he tenido que rechazar otros proyectos. Digamos que tengo unos cuantos días libres y pensé en pasarlos contigo, ¿qué te parece?
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El Ladrón y el Rayo
Hayran KurguHay que tener mala suerte para despertarse en un autobús escolar sin memorias de cómo llegaste allí, luchar contra monstruos y terminar en un campamento griego para semidioses. Pero hay que tener una mala suerte astronómica para pasar por eso mismo...