VI

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Estaba en mi habitación tratando de que el fuerte dolor de cabeza se desvaneciera un poco. Ya había tomado varios tés para que pudiera descansar a gusto, pero eso no era posible, había muchas cosas en mi cabeza, las mentiras del que ahora resultaba ser el gran duque, la repentina enfermedad de mi padre, la depresión de mi madre, el trato tan frío de Jin últimamente, se sentía realmente mal todo lo que estaba pasando, pero debía guardar la compostura, tratar de mantener la cabeza clara, lo más importante es que mis padres mejoraran.

— Señorito Jimin, tiene visitas — mi corazón dio un vuelco, tenía miedo, porque ese hombre había estado insistiendo tanto esos días de que lo dejaran entrar a casa.

Pero ya era momento de decirle que no lo quería volver a ver en mi vida.

Agradecí a la muchacha para después ir hasta el espejo para mirar mi atuendo, todo estaba perfectamente impecable, como si no me la hubiera pasado todo el día en cama, así que al respirar profundamente tomé el picaporte y comencé a caminar hasta la estancia de visitas, sentía que con cada paso, más pesado se volvía mi cuerpo, estaba tan temeroso de entrar y ver al hombre que me ilusiono con sus tratos y palabras. Claro que la vida no es como esperaba, porque en lugar de encontrarme con el gran duque Jeon, era Yoongi quien me esperaba ahí, con un rostro preocupado y su cuello casi desapareciendo tras el gran listón de su sombrero; en cuanto me vio no dudo en ir corriendo hasta mi encuentro para darme un abrazo, realmente era algo que necesitaba, para mi hermano era como si yo mo existiera, mi madre estaba enferma y mi padre, bueno, no tenía ganas de verlo.

Me sentía absolutamente solo.

— No se como empezar a hablar, siento que aunque diga las palabras más dulces no serán suficientes para reparar tu corazón — sentía las lagrimas acumularse en mis ojos — vi a Jin antes de entrar aquí, se ve... horrible — asentí.

— Las cosas no han estado muy bien del todo, mamá a pesar de que se decía ser una mujer muy fuerte, es imposible no caer enfermo cuando tu marido esta entre la vida y la muerte.

— ¿No saben que tiene tu padre?, lo vi la mañana del baile y se veía en perfectas condiciones — nos guié hasta uno de los sillones para poder llorar más tranquilo.

— Los doctores lo asocian con una bacteria, según ellos, ya que mi padre es algo mayor cualquier mal podría condenarlo.

— ¿Pero que sucedió?, no puedo pensar en si quiera algo malo para que este casi agonizando.

— Pues, el señor Hills no recuerda algo en especifico que hiciera mi padre, desayuno lo habitual, fue a comprar nuevas cortinas, preparo algunas cosas para la cena que iba a dar al día siguiente y dicen que estuvo moviendo unas cosas en el jardín — Yoongi rápidamente se levanto, yo lo seguí hasta que llegamos a la parte trasera de aquella casa, no veía nada fuera de lo ordinario desde que llegamos.

Estaba la mesa de siempre, un poco vieja y oxidada; el estanque donde algunos patos nos visitaban en su migración; flores, plantas y arboles, nada fuera de lo común. También no es como que haya cambiado en los últimos dos años que no habíamos venido a Londres, se veía bastante simple, claro que esa habitualidad no era suficiente para Yoongi, quien no paraba de dar vueltas por el lugar, a los minutos se había cansado de hacer un desastre en el jardín.

— ¿Qué pasa? — pregunte cuando regresó a mi lado, no tenía ganas de ensuciar mis zapatos en la tierra.

— Pensé que encontraría alguna planta que le provocara su estado, así tal vez podríamos saber que hacer, pero no hay más que césped y flores, ni si quiera alguna madriguera de algún insecto o animal, nada — suspire pesado.

— Descuida Yoongi, ni si quiera los médicos saben que pasa, así que, tranquilo, gracias por intentar buscar una razón lógica para todo este embrollo — tomó mi mano, las suyas estaban envueltas en hermosos guantes de satín.

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