VII

35 9 2
                                    

Los días habían pasado, perdí en total dos bailes porque sentía que estar en casa era más importante que un futuro matrimonio, así que, hoy decidimos pasar un rato agradable en la habitación de mi padre, Jin estaba en una silla a lado de la cama mientras que yo estaba sobre ella; estábamos teniendo una partida amistosa de cartas, apostábamos galletas. Mi madre había caído enferma, así que prefería mantenerse en cama, se veía igual de mal que mi padre y eso me hacía sentir que estábamos disfrutando de nuestros últimos momentos juntos, porque no había ninguna mejora y los doctores decían que no habría una.

— Y les volví a ganar señoritos — mi hermano tomó las galletas llevándose una a la boca — ¿quieren jugar otra o ya se cansaron de perder? — mi padre rió lo más fuerte que su cansancio le permitió.

— Por más que quiera seguir viendo como me ganas, hijo, creo que debo dormir un poco — ambos asentimos y no dudamos en dejarle una caricia en su mano para después salir de su habitación, cuando salimos escuchamos ruidos tras la puerta de enfrente.

— Seguramente esta cansada — Seokjin intento no hacer mucho ruido y me llevó de los hombros hasta la sala de estar, ahí se dejó caer en una silla y tomó un periódico.

— Hermano — hizo un sonido de que me escuchaba — ¿cómo te sientes? — Jin bajó aquel conjunto de papeles con letras para mirarme con una ceja alzada.

— ¿A que viene esa pregunta?

— Solo quiero saber como estas.

— Bueno, estoy muy bien — bajó el periódico y tomó su taza de té — por cierto, ya tuvimos nuestro momento de descanso y estar con nuestros padres, pero debes volver a los bailes y cortejos, no es momento de que te quedes rezagado, lo más importante es que consigas un esposo o esposa.

Me senté frente a él tratando de no aparentar nerviosismo, pero debía comentarle la decisión que había tomado.

— Hermano, estaba pensando en que podríamos... posponer todo esto de ser debutante hasta el año entrante, creo que la situación lo amerita — no esperaba unos ojos llenos de molestia.

— ¿Acaso no deseas casarte?

— Por supuesto que sí, es lo que más deseo en el mundo, pero creo que si... nuestros padres no se recuperan, lo mejor sería no preocuparnos por el dote, ni mi ajuar que tendríamos que llenar — sus ojos me analizaron por un muy buen tiempo.

— Jimin, ¿acaso no quieres casarte por temor a dejarme solo? — sentí que el calor me subía al rostro.

— ¿Qué?, para nada — voltee a ver el techo.

— Jimin, hermano querido, te agradezco tu preocupación, pero tengo la certeza de que no estaré solo — me sonrió — tendré muchas responsabilidades como para pensar en mi soledad, también voy a tenerte un buen tiempo todavía aquí, en lo que te decides por un buen hombre, hacer preparativos, casarte, falta mucho para que todo eso se concrete, así que, tú no te preocupes más que en ti mismo — tomó mis manos — mereces ser feliz y yo quiero ayudarte a conseguir eso.

— Jin, pero...

— Hermano, eventualmente yo me casaré, tendré un marido e hijos — sentí que sus ojos se estaban comenzando a cristalizar — no estaré solo.

KRONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora