XIV

36 8 2
                                    

Confundido, era todo lo que podía describir a mi corazón en ese instante, tanto que la cabeza comenzaba a punzarme, pero era de esperar, más cuando aquel hombre que decía quererme había pronunciado las palabras más bárbaras y repentinas posibles... "cásate conmigo", sin propuesta alguna o si quiera algún indicio de que lo haría, solo salidas de la nada como un "buen día", o "que se encuentre bien".

Gracias a los cielos que mi hermano entró repentinamente interrumpiendo aquella escena tan bárbara dándome tiempo de procesar un poco la situación, llevaba una hora y todavía no lo entendía.
Así que, con rapidez y sin importar que hace minutos estuve por morir ahogado fue que corrí a buscar a la persona en quien más confiaba en esta casa.

— Pero eso es algo bueno ¿o no? — preguntó Yoongi en un tono bastante confundido.

— No lo sé — yo me paseaba de un lado a otro — quiero decir, es un hombre maravilloso, me gusta mucho, pero no hemos compartido nada, somos desconocidos a los ojos de lo conocido, además de que ni siquiera lo preguntó, más bien me ordeno que me casará con él y...

— Entonces, le dirás que no al hombre que se fue volviendo tu ideal, solo porque no lo propuso.

— Prácticamente — seguía dando vueltas como loco — los matrimonios son complicados, sucios y viles para la mayoría, gracias a los cielos que a ti te fue bien en ese acto tan cruel.

— Estaba en trance, no sabía lo que hacía, pero al menos mis actos tan bárbaros me comprometieron con un hombre agradable.

— Como hermano no tengo mucho que decir, fue un grano en la oreja si me lo preguntas, pero seguramente contigo es una persona más dulce.

— Tiene sus momentos, al menos sé que nos estamos casando por comodidad y no por obligación — sonreí.

— La comodidad lleva a la amistad y la amistad a complicidad y cuando menos lo esperas, estás tan enamorado que le entregarías las estrellas si pudieras. 

Yoongi me veía atónito, mientras el fuego de la chimenea le iluminaba el rostro, el cielo estaba cambiando de colores cálidos para abrir paso al telón oscuro, el chirrido de la madera al fuego vivo nos acompañó por lo que parecieron horas de silencio, para al final escuchar una dulce risita de mi mejor amigo.

— Entonces, si sabes cómo llegaste a enamorarte... ¿por qué huir de esa persona? — su mirada era tierna, como la de un padre debe entregarle a su hijo por el simple hecho de existir.

— No lo sé... quizá porque nuestra historia es complicada.

— Mi madre una vez me dijo que las historias son hilos enredados que te llevan a un mismo punto, lo que debes hacer es simplemente dejarte llevar, enredarte, regresar y tomar otro, viviendo experiencias, pero con la certeza que llegarás al tan ansiado final... así que, sigue los hilos de tu historia, enrédate, córtalos, equivócate una y otra vez, pero sobre todo, confía en tus decisiones y que esas te llevarán a un final feliz.

No dude en abrazarlo, amaba tanto a Yoongi y su forma tan divina de ser. Cuando nos alejamos él me pidió que buscara a ese torpe hombre y le diera una respuesta, así que, ahora iba de pasillo a pasillo buscándolos, creí que estarían en el despacho de mi hermano, pero estaba vacía, busqué en los salones, cocina e incluso habitaciones, pero no había nada, hasta que pasé por una de las grandes puertas de cristal del salón de eventos y escuché murmullos.

Iba a irme, pues mi padre me había dicho que escuchar conversaciones ajenas era una total falta de educación, pero me fue tan difícil cuando escuché mi nombre. Así que con total sigilo me acomodé para oír un poco.

KRONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora