KRONE

XII

Estaba en el estudio que antes le había pertenecido a Jin para poder estudiar un poco por mi propio medio, hace mucho que las clases con una institutriz habían terminado, pero me gustaba aprender y mi hermano me había prestado libros que antes no me dejaban leer, pues él decía que una mente con conocimiento es un arma poderosa para usar en una sociedad ignorante, por eso amaba a mi hermano.

— Señorito Jimin, lamento interrumpir — una mujer alfa entró con una bandeja de plata y una carta en ella — pero le ha llegado correspondencia.

— Gracias — tome la carta y vi a la mujer salir.

Cuando me encontré completamente solo fue que abrí la carta, pues el remitente era de Luxemburgo y solo había alguien que me enviaba esa clase de cartas desde tan lejos. Con una abre cartas rasgue el sobre notando dos páginas completas, con una sonrisa fue que comencé a leer.

Palacio Gran Ducal, Luxemburgo
Agosto 19, 1836.

Querido señorito Kim.

Hace tiempo que deseaba enviarle estas líneas, por lo que lamento no haber escrito de inmediato, pero las cosas en mi hogar no estuvieron yendo del todo bien. Cómo sabe mi hermano falleció, pero al parecer no estaba siendo un buen líder, pues muchos de los fondos de cosecha para este año desaparecieron, el contador y administrador mencionaron que no tenían idea de qué fue lo que sucedió, confío en su palabra, pues los ingresos regresaron a la normalidad cuando mi hermano partió de este mundo terrenal y la responsabilidad cayó en ellos, todo marchó con normalidad, incluso teníamos dinero de sobra para poder invertir en otras cosas. He estado dedicándole todo mi tiempo, pero ahora que me tome un respiro de las obligaciones pude extrañarlo como mi corazón tanto me lo pide.

Aunque debo confesar, en este momento que estoy aquí escribiendo... me doy cuenta que soy muy malo para las palabras, quizá pueda escribir documentos oficiales o cartas para invitaciones formales, pero tendrá presente en su conocimiento que nunca dediqué palabras a un joven que se hubiera metido en cada fibra de mi ser, pero tenga por seguro que lo voy a intentar, porque usted merece palabras llenas de admiración y cariño, no menos y por supuesto que más.

Por eso, le contaré de mi nación. Cómo es verano las invitaciones a casas de campo de amigos de la familia no paran de llegar, claro que algunas vienen con otras intenciones, esas son las que menos me interesan en lo absoluto, por supuesto que debo admitir que las cacerías son las que más me emocionan, me siento en conexión con mi padre que en paz descanse, pues cada verano iba con él a cazar algún ciervo.
También me emociona relatarle que ayer, mientras daba una leída a los libros de finanzas una tormenta cayó como un manto de esperanza, para mí, la lluvia trae buen augurio, espero que esa sea una señal de que vendrá pronto, aunque el verano quizá esté por terminar cuando la carta le llegue. Pero también, quiero que tenga presente, que no importa cuándo o la hora en la que lea esto, debo confesarle que siempre está en mi mente, por favor, deme descanso de esta agonía de extrañarlo, porque la vida me está privando de verlo y sentirlo. Así que por favor, no tarde en escribir, esperaré junto a la puerta de ser necesario.

De antemano me disculpo por lo corta que es mi carta, pero tengo todavía muchas responsabilidades, prometo que la siguiente carta, será mucho más larga.

Mis saludos más cordiales
El gran duque Jeon de Luxemburgo.

P.d. Lo quiero.

Sonreí, como un tonto niño que no sabe controlar sus emociones, pero no podía evitarlo, me sentía tan feliz de leer cada palabra tan llena de emociones por partes del gran duque. Así que, con esa emoción al flor de piel, tomé hojas, un frasco de tinta y varias plumas, seguramente gastaría varias.