Capítulo 21 - final

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Un señor de aproximadamente 50 años se acercaba con un ramo de flores en su mano hacia la pequeña lápida en el suelo.

Delineó las lindas letras detallada en el, luego cambió las rosas viejas por las nuevas, una vez el lugar ya limpio, soltó un suspiro antes de apreciarla.

—No sé por donde comenzar, venir aquí me causa mucha tristeza, creo que nadie está preparado para esto, creo que esto es realmente muy difícil.

Se quedó un rato en silencio antes de continuar.

—Ya ha pasado 1 año ¿muy rápido, no? Era solo ayer que estabas con nuestros hijos, jugando, ahora ellos tratan de seguir con su vida y concentrarse en su propia familia para intentar despejar la tristeza.

Sacó un pañuelo para limpiar las pequeñas lágrimas que se formaban en sus ojos.

—Cada mañana que me levanto a veces trato de pensar que estás preparando el desayuno, pero en unos minutos caigo en la realidad que ya no te volveré a ver...

Acarició las letras, "Choi SooBin" estaban grabadas en ella.

—Siempre fuiste la persona a la que amé y amo, aunque sé que yo nunca fui el tuyo, no te culpo, él sacó lo mejor de ti, te ayudó a centrarte y su muerto te dejó tan marcado que nunca pudiste hallar paz y amor como tal ¿no? No te culpo, yo haría lo mismo por ti, si los puestos hubieran sido diferentes.

SooBin falleció a los 54 años, su muerte fue un suicidio, así lo había especificado en la carta de despedida hacia HueningKai.

"Intenté seguir con mi vida, no vivir con su fantasma, con el tiempo de convivencia pude tomarte cariño, me diste la familia que siempre quise, aprendí ser padre por ti, pero no pude sacarme su amor de mí. Lo siento mucho HueningKai."

—Y aunque quise intentarlo, quise distraerte cada vez que te veía decaído, sé que no pude, debí hacer más ¿no? Yo quería ayudarte a que te recuperes, no me importaba que no me amaras, yo solo quería tu bien luego de su muerte.

Su llanto aumentó, estar ahí lo destrozaba.

—Sabía que no eras mío, lo supe desde siempre, incluso cuando en la luna de miel susurraste su nombre, yo siempre traté de dar lo mejor de mí, lamentablemente no fue suficiente. No te culpo, gracias a ti tuve una familia, me diste a los niños más hermosos del planeta. Nunca podría odiarte, Soo.

A veces pensaba en como hubieran sido las cosas si es que BeomGyu no hubiera muerto, SooBin no hubiera sufrido tanto, pero él no tendría esos momentos hermosos donde convivía con sus hijos y SooBin.

—Por eso como último deseo, aunque no me lo hayas perdido, te enterré al lado del amor de tu vida. Sé que ahora ustedes están juntos y eso me pone feliz, sé que deben estar viviendo los momentos que le faltaron vivir en esta vida.

Tomó las flores viejas y se levantó al fin, miró la tumba de al lado, el nombre de BeomGyu estaba grabado en ella. Sonrió mientras saludaba hacia ella.

—Hola BeomGyu, cuida de él ¿si? Mantenlo sano y muy feliz, yo aquí cuidaré de mis hijos, dile que no se preocupe por ellos, están en buenas manos.

Anteriormente ya había limpiado la lápida de BeomGyu, así que solo sonrió mientras miraba ambos nombres.

—Espero que ahora si el chico del pijama de oso pudo estar con su chico del pijama de conejo y juntos hayan podido tener su final feliz.

Sonrió y sin más se alejó de ahí, SooBin nunca fue su futuro, SooBin nunca lo había podido amar como amó a BeomGyu y lo entendía, entendía que BeomGyu fue y será el chico perfecto para SooBin.

BeomGyu y SooBin se pertenecían, por eso le mantenía feliz que ahora estén juntos, porque SooBin estando con BeomGyu sería el hombre más feliz del planeta.

No culpaba a SooBin por la decisión que tomó, no culpaba a SooBin por no amarlo, no culpaba a SooBin de nada. Él solo quería que el chico estuviera bien, sea con quien sea, él solo quería que SooBin estuviera feliz y si había encontrado serlo con la decisión que había tomado, entonces estaba bien para él.

Solo esperaba que ambos chicos fueran felices y sabían que lo eran, era momento de que tengan su historia tan esperada, él ya encontraría a alguien que lo ame de la misma intensidad.

Aquí es donde termina la historia del chico del pijama de oso, que aunque no pudo estar con su amor en esta vida, en la otras si pudieron ser felices juntos.

"—¿Por qué llevas una pijama de oso?

Porque soy uno."

FIN.

el chico del pijama de oso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora