16. Blanco

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—Esto es una tontería. —Masculló.

—Es por tu propio bien, Suri. Eres una niña, aún no sabes diferenciar entre el bien y el mal. —Respondió sin dejar de verla.

A diferencia de Rod e Historia, Suri se encontraba en la misma situación que Eren, con la diferencia de que ella estaba amarrada en uno de los asientos y no como un esclavo en el suelo, situación que enfrentaba el ojiverde.

Todo ese tiempo fue Eren quien se llevó la peor parte, y Suri, al querer intentar liberarlo, se llevó parte del castigo.

—Yo no tengo intenciones de pertenecer a ustedes.

—Suri, no te puedes oponer a tu destino y obligaciones, tenemos sangre real. —Intervino Historia.

—No. -Balbuceó irritada—. Lo siento Historia, pero yo si tuve una mamá que me amó y me cuidó. Si se alejó de esta familia fue por algo.

—Entonces, si te amaba tanto. ¿Por qué se suicidó? —Preguntó el adulto frente a ella, sin expresión alguna.

Fue una fracción de segundos donde ella titubeó, pero debía ser firme ante su idea de no pertenecer a la familia Reiss.

—Porque ustedes la obligaron. —Dedujo.

Tenía distintas versiones de lo hechos, la historia contada por Kenny, la perspectiva de Rod, y la memoria que vino a su mente al tocar a Eren cuando intentó desatarlo. Todo era un rompecabezas enorme, al cual intentaba darle un vago sentido.

—Pero Suri, Frieda fue quien te cuidó... Nos cuidó. Hacer esto por ella será en agradecimiento.

—No estoy agradecida...

—Tu madre nunca debió esconderse de nosotros en primer lugar. Sabes, Uri y Susan no estaban casados, y Susan sabía todos los secretos de los Reiss. ¿Qué esperabas que hiciera?

Arrugó la nariz en señal de molestia, pero no dijo nada, sólo miró hacia la ventana del carruaje, intentando descifrar hacia dónde irían.

Despertó con el movimiento del carruaje arribando, aún era de noche, y ahora únicamente se encontraba ella y Eren dentro del vehículo.

—Eren, Eren. —Lo movió un poco con su pie, mientras intentaba desatarse.

Una vez que estuvo libre, se agachó hacia el chico, comprobando que sólo estaba inconsciente.

—Necesito hacer algo, tengo un mal presentimiento de esto. —Se dijo a sí misma.

Antes de hacer algún otro movimiento, Rod abrió la puerta del carruaje, suspirando pesadamente al ver a su sobrina libre.

—Hazte cargo de ella. —Ordenó hacia un miembro de la policía militar interna—. Quería que estuvieras presente en nuestra ceremonia, pero eres un caso perdido igual que tu madre.

Sin pensarlo dos veces, la chica de la policía militar se acercó hasta Suri, dándole con la rodilla justo en su estómago.

Cada vez que parpadeaba, veía escenarios distintos, salir del carruaje, ver la cara de Eren, una iglesia, el interior de esa iglesia, y de vuelta hacia afuera, siendo arrastrada por el césped, viendo como la iglesia se hacía más pequeña.

—"Cuida a la princesa, Lara" —Refunfuñó para sí misma—. Claro que cuidare a tu princesa, maldito Rod.

Apenas estaba cobrando consciencia, cuando la chica se subió sobre ella, dándole un dos golpes en la cara antes de comenzar a asfixiarla.

Ruinas del oleaje ❀ Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora