Ruinas del oleaje ❀ Armin Arlert

18. Doncella

════ ∘◦❁◦∘ ════

851. Febrero.

—¿Estás bien? Has estado acariciando esa carta durante horas. —Preguntó su abuela, viéndola a través de la puerta abierta.

—No sé qué hacer, es tan frustrante.

—Yo hubiera vuelto desde que puso "Tu querido Armin se transformó en titán" ¿Quién es Armin? Esa simple oración suena escalofriante.

—¿Lees mis cartas, abuela? —Alzó la ceja.

—No. Bueno, fue sólo esa vez porque le tiraste té, me asustó que pudiera correrse la tinta o algo parecido.

—Es sólo que... Han sucedido tantas cosas.

Suspiró con melancolía al leer la nueva carta de su hermano mayor, era mucha su insistencia de ir a visitarlos, sobre todo desde la última carta, en donde relataba los acontecimientos en la recuperación del muro María y la batalla de Shiganshina, la muerte de sus compañeros de la legión de exploración y el comandante Erwin, y como su abuela lo había mencionado, Armin también era el nuevo poseedor del titan colosal.

La presión de ir a Mitras estaba ahí, sólo que no sabía si tomarla o ignorarlo de nuevo.
Sobre todo cuando se supo la verdad acerca de los titanes a través de los periódicos.

Había mucha información qué procesar, y más el chantaje que ejercía Jean sobre ella con un "hay más información pero sólo puedo compartirla en persona"

—¿Entonces debería volver?

—Esa carta suena como algo urgente. Yo diría que más que querer, necesita verte. Ya has estado cuatro meses aquí, yo sé que te extraña tu amigo el Jan-bobo

—Es Jean-bo. —Le corrigió—. Volveré, abuela. ¿Sí? Es sólo que...

—Está bien, no tienes por qué contarme nada. Me alegra que hayas venido.

Casi sin preparar nada, tomó algunas de sus cosas, saliendo de la casa de su abuela para dirigirse a la base de la zona norte.

El frío era más notorio, por lo que al hacer contacto con el exterior, se estremeció por completo.

—Suri. ¿Estás bien? Te ves muy agitada. —Preguntó el chico al verla, quien casualmente pasaba por ahí en el carruaje de su familia.

—Brendon. ¿Irás a la ciudad industrial?

—No, mi padre necesita que vaya al Distrito Mitras.

—¿P-Puedo ir contigo?

—Claro. —Esbozó una sonrisa—. Como gustes, bonita.

El chico bajó del área pescante, dándole el mando a su acompañante. Se dirigió hacia el pequeño habitáculo, donde abrió la puerta para subir detrás de la rubia y hacerle compañía.

∘◦❁◦∘

850, diciembre.

Levantó su mano al aire en un puño para impactarla en el rostro del chico pelirrojo.

—¿Cómo te atreves a besarme grandisimo idiota?

—Si no quería, se pudo haber quitado, pero usted no lo hizo... —Se excusó sobando su mejilla.

—Porque estaba perdida en mis pensamientos, eso no te da ningún derecho de hacer eso...

—Lo siento, es sólo que... estaba llorando, y no sabía cómo consolarla...

—Pues no debiste hacerlo, eres un insolente. ¡Qué infantil eres! —Le empujó levemente, marchándose del jardín.

∘◦❁◦∘