Klaus esperó paciente a que su única hija recogiese su fallida flor de sueños locos, lo mirara con rabia 2 veces, y se sentara frente a él.
Él se sentía desprotegido de pronto. ¿Qué demonios le iba a responder a Hope si ella preguntase algo que él no tenía planeado? Rebekah le había dicho que se abriera a ella, que dejase que ella descubriera lo que le interesaba de él, simplemente dejase su mente abierta a lo maravillosa que ella era. Por más que la amenazó, su pequeña hermana solo le dijo que Hope era algo extraordinario, como una gema exótica.
- Bien – Hope dejó caer sus manos en sus muslos con un sonido sordo alzando las cejas - ¿ahora qué?
Klaus aclaró su garganta y se recostó en la silla blanca que había tomado de una esquina de la habitación – Creo que no hemos tenido la oportunidad de conversar como se debe, me gustaría saber, ¿qué ha sido de vuestra vida en estos años? Rebekah nunca quiso decirme en donde estaban hasta ahora y quiero saber como ha sido para ti.
- ¿Quieres saber mi vida? – Klaus asintió – La verdad no sé a qué te refieres con como ha sido para mí, porque si quieres saber si he estado bien con Rebekah, si he llorado por las noches extrañando Nueva Orleans, entonces nunca tendrás una respuesta porque desde que tengo memoria he vivido con Rebekah y Alex, no he sabido de otra familia ni he tenido otra vida, así que no puedo decirte como ha sido mi vida porque siempre he tenido la misma.
Él parpadeó ante el tono áspero de su voz. Era la primera cosa tan larga que le había oído decir y no le había gustado en absoluto.
- Desde hace 14 años no he visto una sola fotografía tuya – respondió Klaus, su voz sonando tranquila a diferencia de cómo se sentía por dentro – Me he conformado con conocer simples cosas que Rebekah nos ha hecho saber, pero aún así, nunca había visto una fotografía tuya, era demasiado peligroso.
Hope estuvo a punto de replicar para saber a qué demonios venía eso, cuando Klaus la miró y vio dentro la agonía que sentía. Lo que quería hacerle saber es que para él había sido difícil, vivir sin ella. Pero esto último Hope no lo vio. Ella solo se dio cuenta de que Klaus sentía una agonía que debía ser por ella.
Él miró hacia la pared a su lado y alzó las cejas al mirar un bonito dibujo de una gran casa con cerca blanca e inmensos robles custodiándola a cada lado.
- Era nuestra casa en Italia – indicó Hope mirando el dibujo también.
- ¿Lo has hecho tú?
- Si, lo hice días antes de venir a Nueva Orleans, es una manera de no olvidarla.
Un calor surgió dentro de Klaus y de pronto tuvo ganas de irse a su habitación y celebrar con todo el whisky que tenía. Su hija tenía su don para el arte. Aunque debía de aceptar que él lo hacía mucho mejor, Hope sin duda alguna tenía la misma técnica de Klaus y con algo de práctica podría mejor muchísimo.
- ¿Te gusta pintar?Se encogió de hombros
– Si, supongo, no soy fanática de los cuadros ni de las galerías de arte, lo hago por placer. Es relajante.
- A mí también me relaja bastante – omitió la parte en la que sus pinturas le hacían pensar mejor los planes sádicos necesarios que necesitaba llevar a cabo.
- Ya sé que pintas, no me gustan tus pinturas.
Klaus alzó las cejas levemente ofendido - ¿Ah no?
Ella negó – Son aburridas.
- ¿Y cuál es tu gusto? ¿Casas y flores? – Ella tenía solo 14 años, no sabía una mierda sobre pinturas ni arte. Él tenía 1000 años, sus pinturas no serían bien apreciadas por alguien con tan poco estudio en el tema.
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Hoping for Hope |The Originals Fanfiction
FanficLa princesa perdida o la reina perdida, está de vuelta en Nueva Orleans. Luego de 14 años de exilio por su propia protección, Hope Mikaelson, vuelve al barrio Francés, junto a su tía Rebekah y un brujo llamado Alex. Vampiro, hombre...