Hayley se había levantado con un nudo en el estómago temprano por la mañana. Se sentía feliz desde hace tanto tiempo que no lo estaba. Sus días consistían en color y una gran parte de oscuridad junto a un incesante vacío en el pecho, hasta que Hope volvió. Aun así, incluso recordando lo bien que la había pasado en el auto el día anterior entablando una conversación con su pequeña, no podía evitar sentirse nerviosa.
Masticó un par de tostadas y bebió un café, antes de asomarse en la habitación de Hope para verla profundamente dormida en su inmensa cama. Apenas estaban entrando los primero rayos del amanecer por la ventana, era muy temprano para que ella estuviese despierta, así que cerró la puerta y se fue a la cocina a desayunar.
- Pensé que ya estabas en medio de una reconciliación con Jackson – le había dicho Klaus, quien se levantaba a la hora del diablo para deambular por la casa en busca de quien sofocar (o eso siempre pensaba ella), cuando la vio bajando las escaleras con lentitud.
Ella lo había ignorado sacándole el dedo del medio cuando pasó por su lado, para desaparecer por la puerta. Elijah, desde el piso de arriba simplemente la miró y le dedicó una pequeña sonrisa.
En su camino hasta el pantano había repetido una y otra vez lo que iba a decirles a los lobos en voz alta, pero no le había servido de nada en ese preciso instante cuando entró al campamento y todo el mundo la miró con rabia. Era de esperarse que ellos le rodaran los ojos y le prestaran más atención de la debida, pero no que tomaran a sus hijos y se los llevaran lejos cuando bajó del auto.
- ¿Dónde está Jackson? – fue lo único que puedo preguntar a uno de los adolescentes que se encontraban sentados haciendo algo con unas varas. Él miró a sus compañeros quienes le dijeron con la mirada que no le quedaba de otra más que responder. Le fascinaba la manera en que desde pequeños los lobos aprendían a guardar respeto por aquellos con altos rangos. Nada comparado con Hope.
- En su casa, pasó toda la noche afuera, creo que está durmiendo – contestó con voz suave restándole importancia. Ella asintió y contempló unos segundos más el grupo de chicos antes de ir tras Jackson. Quizás en algún momento podría traer a Hope para que hiciese amigos.
La pequeña casa que compartía con Jackson en el pantano estaba un poco alejada de las otras. Por lo general, las casas siempre estaban algo juntas porque no eran muy grandes (para el caso de aquellos que vivían en manada como ellos) y era más fácil estar en contacto con los demás en casos de emergencia. Ella solía sentarse en una de las sillas del porche por la noche para contar las estrellas en un modo de aclarar su mente.
Podía oír la pacifica respiración de Jackson adentro cuando abrió la puerta. El olor a pino y a café le llegó y sonrió al ver de nuevo los muebles de mimbres y la diminuta cocina en una esquina. No había pensado en lo que había extrañado su casa hasta ahora. Quizás era por eso que le gustaba tanto, recapacitó, porque era suya.
Empujó la puerta de la habitación con delicadeza y se lo encontró tirado en la cama. Estaba boca abajo con la ropa puesta y sin zapatos como si simplemente se hubiese desplomado de cansancio. Se sintió culpable. Era su trabajo ayudar con la manada y por haber huido a la casa de Klaus, él estaba desmayado.
¿A dónde habría ido? Investigó la habitación, mirando con cautela las botas llenas de barro en una esquina. Él había estado patrullando en su forma humana, lo que era raro porque siempre salían en forma de lobo. También se fijó en unos pedazos de rama rotos con un intenso olor a brujería encima de la pequeña peinadora.
¿Jackson había estado cazando brujos?
No era de extrañarse que de vez en cuando hubiesen algunos merodeando por ahí en busca de problemas, además de que su manada era muy sensible acerca de la brujería practicada cerca de su territorio por los múltiples problemas que había tenido con ella.
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Hoping for Hope |The Originals Fanfiction
Fiksi PenggemarLa princesa perdida o la reina perdida, está de vuelta en Nueva Orleans. Luego de 14 años de exilio por su propia protección, Hope Mikaelson, vuelve al barrio Francés, junto a su tía Rebekah y un brujo llamado Alex. Vampiro, hombre...