CAPÍTULO 4

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Oriana Sabatini

Después de que su amigo Fabián se fuera a dormir, ella se metió a la cama y no paraba de darle vueltas la cabeza, pero cuando lograba conseguir dormirse, la cosa tampoco mejoraba, soñaba con Paulo, y se asusta. En primer lugar, él está de novio, segundo con lo bueno que estaba seguro que la novia era una potra y Oriana al lado de ella no era nada de otro mundo, además que es imposible que pase algo entre ellos; y, por otro lado, Oriana tenia novio, las cosas no estaban bien agregando que no tenía noticias sobre él, pero seguían juntos.

Así analizaba todo de forma fría, lo mejor era quitarse esas locuras de la cabeza y replantearse la relación son su novio, y creía que lo mejor era darla por finalizada.

Ese día había entrenamiento a las 11:00 de la mañana, y tenían que estar un rato antes ahí, a pesar de la mala noche que tuvo, salió de la cama con ganas y se arregló para el día que debía afrontar.

Así que se metió al baño, se lavó la cara, los dientes y se maquilló un poco para taparse la cara de cansancio. Volvió a la habitación y decidió que ponerse, al final opto por una musculosa blanca, un short de jean y unas zapatillas Nike negras.

Una vez que estuvo lista, aprovecho que le faltaban 15 minutos para la hora que habían quedado con sus compañeros para desayunar y luego irse a trabajar, miro por última vez los mensajes de su celular y como siempre, tenía mensajes de sus padres, de Aníbal y de sus amigas hablando cualquier cosa, pero seguía sin saber nada de su "novio". Se decidió a contestarle a todos, agarró sus cosas y bajó al restaurante.

Ya se encontraban en el lugar del entrenamiento, había bastantes periodistas a parte de ellos, Oriana estaba muy nerviosa cosa que su amigo Fabián notaba y la miraba como diciendo que se calmara.

Paulo Dybala

Después de un largo viaje de Italia a Argentina y de Argentina a Qatar aguantando los ronquidos de varios de sus compañeros, llegaron al Aeropuerto, había prensa, como era de esperarse, pero de pronto vio escondida atrás de una cámara a una chica, de bellos ojos turquesas y pelo morocho, notaba que la estaba mirando y en un momento cruzaron miradas, era una chica muy hermosa.

Durante el trayecto a las residencias que les habían tocado no se podía quitar la mirada de esa belleza de su cabeza, pero estaba mal, se suponía que él estaba en pareja, pero no podía evitar pensar en esa mujer de la cámara. Estaba muy distraído, Paredes, que estaba al lado de él en el colectivo que los llevaban a las residencias, le hablaba, pero le tuvo que decir las cosas dos veces para que prestara atención.

Llegaron a la residencia, cenaron y Paulo se metió a su habitación junto a Leandro Paredes, que era su compañero.

Estaba demasiado cansado, pero aun así hablo un poco con su amigo Paredes y contesto el celular, le hablaba Antonella, su novia, pero se sentía mal hablar con ella desde que vio a la fotógrafa no se la podía sacar de la cabeza, era un idiota, se preocupaba por una boludes por una chica que ni conocía, además él quería a su novia. Minutos después de hablar con ella se fue a dormir, despidiéndose de su amigo que también estaba hablando con su mujer.

A la mañana siguiente, se despertó alrededor de las 10:00 de la mañana, se cambió y bajo a desayunar, la gran mayoría ya estaban en la cafetería, pero todavía faltaba gente. Cuando todos estaban, se subieron al colectivo, emprendiendo viaje al primer entrenamiento en Qatar.

Mientras iban llegando a la cancha de entrenamiento, cayó de la nube y se dio cuenta que iba a haber prensa, y a su mente venían directamente los ojos turquesas de la fotógrafa. Al llegar, efectivamente había prensa, y él la buscaba, pero no lograba verla.

Empezaron con el entrenamiento, los estiramientos, a correr, y ahora iba a tirar unas jugadas indicadas por el DT, hasta que justo en ese momento la vio, estaba al lado del arco donde se encontraba el Dibu Martínez, estaba preciosa y ahora podía verla más que bien, tenía un lomazo, muy bonito.

- Eu, tírala dale. – Le gritaba el Dibu, sacándolo se sus pensamientos.

- Si, eh, ahí va. – Dijo Paulo y pateó la pelota.

Pero desafortunadamente, la pelota no entró dentro del arco; sino que fue directamente a la cara de la fotógrafa. Paulo fue corriendo rápidamente hasta donde estaba ella, junto a ella estaban dos chicos y otra mujer, pero al ver que no se había desmayado le pregunto a ella directamente ignorando al resto de la gente de alrededor.

- Excuse me, are you all right? – Hablo Paulo disculpándose.

Ella lo miraba con cara de no saber qué carajo le estaba diciendo, claro, le estaba hablando en inglés, por lo que intento en español para ver si tenía suerte.

- Perdóname, ¿estás bien? – Le repitió Paulo en un tono de disculpas.

- Si, tranquilo. – Ella le respondió en español, pero con una voz de que estaba media adolorida.

- De verdad lo siento mucho... -Volvió a lamentarse Paulo.

- No pasa nada, de verdad, sigue con tu entrenamiento y esta vez apunta bien al arco. – Contestó Ori riendo.

- Así va a ser, pero antes me gustaría saber tu nombre.

- Oriana, me parece que deberías volver al entrenamiento antes que tu entrenador Scaloni te cague a pedos. – Le hablaba con una sonrisa.

- Hasta luego Ori. – Paulo se despidió y le dedico una sonrisa.

Volvió, y vio que todas las miradas de sus compañeros estaban en él, no iban a faltar las bromas sobre la puntería de él, pero la verdad le daba lo mismo eso ahora, ya que por esa mala puntería había logrado conseguir el nombre de la hermosa fotógrafa.

Al terminar el entrenamiento, la buscó por todos lados, pero vio que ya no estaba más, por lo que se dirigió hacia los vestuarios algo desanimado. Pero no entendía la razón por la que se sentía así... ¿Era por Oriana? ¿Por qué no la pudo volver a ver? Era una estupidez, si apenas la había conocido... - Pero te gustaría conocerla... le reprochaba la voz de su conciencia. Claro que a él le gustaría, pero se tenía que quitar aquella idea de la cabeza, no podía ni debía estar con esa preciosa mujer.

- Estas muy distraído últimamente Joya. – Le dijo Paredes de vuelta a la residencia.

- Estoy algo cansado Lea. – Le mintió.

- A mí no me agarras de boludo, te vi como mirabas a esa chica.

- ¿Qué chica? – Le respondió Paulo haciéndose el completo boludo.

- A la que casi matas de un pelotazo. – Bromeo.

- Sólo me preocupe pensando que le había pasado algo más que el golpe.

- Sabes que podes ser sincero conmigo. – Insistió Leandro.

- Sabes que estoy muy cansado.

- Eso no influye.

- Si influye, yo quiero a Antonella.

- La podes querer, pero hace bastante que no te veo enamorado. – Le retrucó Paredes.

- Porque no dejas de decir huevadas, queres.

Y dejaron el tema ahí, ya que estaban llegando a la residencia. Mientras Paulo se debía replantear algo, ¿tenía razón lo que le había dicho su amigo Paredes que ya no estaba enamorado de su novia?

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Buenas, como están

Buen lunes, acá les dejo un nuevo capítulo. Si todo sale bien van a haber capítulos todos los días.

Espero que les guste y déjenme sus votos y comentarios...

Besos <3

LA CÁMARA Y LA PELOTA - Oriana Sabatini & Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora