CAPÍTULO 36

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Oriana Sabatini

Había pasado un día y no estaba para nada mejor respecto a ayer por la noche. Ahora encima le dolía todo por haber dormido de cualquier manera. Su aspecto estaba horrible, daba pena... Pero seguía enojada con Paulo, pero a pesar de todo lo extrañaba mucho... Y no paraba de llorar, se le juntaba lo de Paulo y el hecho de que había perdido a su hijo. No tenía ánimos para ir a trabajar, por lo que llamó y dijo que no se sentía muy bien, las autoridades del canal le creyeron por lo del accidente.

Miraba el celular a cada rato para corroborar si tenía alguna llamada de Paulo, pero nada. Por la tarde, en cuanto salió de trabajar, Fabián se pasó por su departamento, traía helado, golosinas y algunos otros dulces.

- Ay mi Orianita... tremenda pinta tenes. – Le decía Fabián ni bien la vio.

- Gracias. – Dijo Oriana con ironía.

- Sabes que te quiero un montón. – Se abrazaron.

Fabián era un gran amigo, se lo había demostrado durante todo ese tiempo y lo quería un montón.

Durante la tarde, se dedicaron a comer, a lamentarse y a desahogarse con su amigo, mientras él asentía y escuchaba. Hasta que en un momento Oriana se calló para que su amigo pudiera hablar.

- Corazón, sabes que te quiero un montón, pero durante todo el tiempo que estuviste en coma, me hice muy amigo de tu novio. Él te quiere mucho, y sé que si no te dijo lo del embarazo fue porque quería evitar verte aún más mal.

- Pero Fabi... es algo que debería haber sabido.

- Ya lo sé, pero te conozco y te habría afectado bastante si te lo decía.

Oriana quiso replicar, pero Fabián tenía toda la razón del mundo. Paulo no le dijo nada para no hacerle más daño... Entonces ahora ella se sentía mal, se había comportado como una niña con Paulo, cuando él siempre había estado para ella.

- Fabi, soy una pelotuda.

- No, lo que pasa es que tenes una cabeza para crearte cosas increíbles.

- Ay... ahora me da vergüenza llamarlo. Pero no puedo estar más tiempo separada de él.

- Ahora si pienso que sos una completa boluda. – Poniendo los ojos en blanco le da su celular.

Aunque después de que le dio vueltas al asunto, no lo llamo nada.

Paulo Dybala

Hoy no tenía entrenamiento, ya que el próximo partido no iba a jugar por lo que tenía algunos días libres.

La verdad que él no la estaba pasando nada bien, anoche después de la pelea con ella no pudo dormir más. La extrañaba muchísimo, sentía la casa vacía, le hacía falta ella para ser feliz. En más de una ocasión, estuvo por subirse al auto e ir a buscarla a su departamento, pero después pensaba que Oriana debía recapacitar, a pesar de que la amaba, no le gustaba que siempre era él quien suplicara. Aunque Paulo se lamentaba un poco con que tendría que habérselo contado, pero no podía. No sabía si por él, ya que no quería pensar en eso; o por ella para no verla mal.

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Los días pasaban y Paulo sabía de Oriana gracias a Fabián. Estaba desanimado, y la extrañaba horrores... Y se dio cuenta que ella era demasiada orgullosa y no iba a dar el brazo a torcer, por lo que decidió darlo él mismo.

Había llamado a Fabián para preguntarle si Oriana estaba en su departamento, ante la confirmación, Paulo se subió a su auto y fue en búsqueda de su novia. Pero antes, debía pasar por otro lado, se había dado cuenta que tenía que hacer algo más que pedirle perdón.

Paulo tenía llaves del departamento de ella, por lo que no necesitaba de ella para que lo dejara entrar. Lo primero que vio era todo el departamento desordenado, y escuchaba ruidos en el living, por lo que decidió ir hasta ahí. Donde se la encontró dormida en el sillón, manchada con helado, despeinada y en pijama. A pesar de como estaba, la veía muy hermosa, y sin pensarlo la besó. Provocando que ella se despertara sorprendida, pero le seguía el beso.

- Paulo... Te extrañe un montonazo. – Exclamó ella al verlo.

- Y yo a vos amor.

- Te pido perdón Pau, el orgullo me ganó.

- Tranquila mi amor, yo te lo tenía que haber contado.

- Entonces todo solucionado. ¿No? – Preguntaba Ori con una sonrisa.

Pero Paulo no había ido solo en busca de un perdón, así que se había armado de valor y se lanzó.

- Oriana, escúchame. No solo vine hasta acá para buscar tu perdón, quiero pedirte otra cosa. – Ella ponía cara de sorpresa – Ori, no puedo vivir sin vos, y quiero pedirte que por favor te cases conmigo, te amo. – Se declaraba Paulo mientras sacaba una caja que se la entregó.

- Oh Pau – se emociona – pero por supuesto que me quiero casar con vos, yo tampoco puedo estar sin vos.

Por lo que ambos se besaron, sellado un futuro juntos.

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Buenas, les dejo un capítulo más!

Quedan tres capítulos para el final, espero que les guste. No se olviden de votar y comentar!!

Besos <3

LA CÁMARA Y LA PELOTA - Oriana Sabatini & Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora