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sé que estás deja' y por eso vine
(cuando llamaste)

•••


Esperaba con paciencia las llamadas de Mariana, pero no parecía tener siquiera indicios de que al menos iba a marcar, o mandar un mensaje.

Por otro lado, estaba Amelia, rogandome por hacerle varios preparativos para su boda, e incluso prometiendome pagarme, cosa que le negué. ¿Qué tipo de amiga sería sino?

Últimamente las cosas no iban tan mal, la comida alcanzaba, el dinero sobraba, tenía mis gustos, mis salidas, todo lo que quería cuando no tenía nada.

Pero ahora, estaba sola.

Sola, esperando a que Mariana me encontrara aquí, en el departamento de Los Angeles, el cual ahora ya estaba amueblado y un poco adornado.

"Esto del nuevo lanzamiento de Miko me tiene rendida mi vida, pero te juro que mañana paso por ahí, te llevo algo de comida, sí?"

Fueron las últimas palabras antes de colgar el teléfono.

Había olvidado que cuando se trataba de trabajo, Victoria se transformaba en Miko. Porque era así, la mejor amiga de Victoria y la manager de Young Miko.

No tenía nada pensado para hoy, un día domingo, a minutos del nuevo álbum "curita", y algo ansiosa por escucharlo. Según la rubia habían varias dedicatorias en las canciones, y estaba más emocionada ella porque yo escuchara y diera mi aprobación que por lo que dijeran los demás.

Mi celular sonó, y justo en ese momento varios toques en la puerta se hicieron presentes. Con duda dejé que el celular hiciera ruido y miré por el pestillo de la puerta, notando unos ojos azules y un cabello lacio, rubio, atado en una coleta alta.

-¿Victoria?

De inmediato abrí la puerta y tiré de su brazo para hacerla pasar.

-¿Qué te pasa? ¿Estás loca?- Dije dándole un sermón, pero lo único que recibí de su parte fue un abrazo fuerte, el cual correspondí un poco tarde debido a mi confusión.

Su respiración estaba agitada, incluso escuchaba unos leves sollozos que parecían estar mezclados con vergüenza. Acaricié su espalda suavemente, buscando reconfortarla y asi que se calmara un poco.

-¿Qué pasa, está todo bien?- Pregunté al separarnos.

Victoria se notaba agitada, nerviosa, sus ojos estaban hinchados y su labio rojo de tanto morderlo.

—No quiero estar sola ahora..- Pidió con la voz quebrada y en un tono bajito.

—Tranquila, estoy aquí, recuestate en el sillón y podemos hablar si quieres.

—No quiero hablar por ahora..- Dijo tiempo después ya acomodada en el sillón, yo asentí y me apuré en traer algunas mantas suaves para que pudiera taparse.

—En un rato es el lanzamiento del álbum, ¿te quedarás aquí?

Emitió un 'sí' pequeño y ronco, achicandose en el sillón, lista para apoyarse en mi regazo dejándose mimar.

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