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Habitación doble, y solo tenía una cama de dos plazas y un poco más.

¿Qué hotel reservaron que es tan mierda?

Victoria al notar lo mismo que yo rascó su nuca, dejó el bolso en el suelo y marcó rápidamente a recepción con el celular que había en la mesita de luz.

—Disculpe, la habitación doble solo trae una cama- Dijo en inglés, yo la observé solo un rato porque luego me dediqué a ver lo demás.

Había un poco de sol, pero llovió hace muy poquito, por lo que el olor a lluvia se podía sentir, abrí un poco más la ventana para poder contemplar todo con mejor calidad, pero no sabía cómo.

—Deja que te ayude- Susurró aun con el teléfono en su oreja, acercándose a mi y abriendo la ventana la cual tenía un raro sistema de apertura.

Me sonrió un poco y yo algo apenada también le devolví, pero salimos del trance a penas la mujer del hotel habló de nuevo.

—No te preocupes, espero arreglar este asunto.- Dijo en el mismo tono bajo y se alejó de mí para tirarse en la cama.

Yo tomé mi maleta, buscando mis toallas y llevandomelas al baño junto con una muda de ropa. Debía disfrutar la bañera amplia, los jabones y bombas de espuma gratis.














—Hey.. Ale.. Despierta, ya nos vamos a ir.

Una voz algo ronca pero suave susurraba mientras tocaba mi espalda con delicadeza.

Abrí los ojos lentamente volviéndolos a cerrar por la claridad de la habitación, cayendo nuevamente en que estaba en Estados Unidos. Una risita se escuchó, y tallé mis ojos para abrirlos de nuevo.

—¿Qué pasó?

—Nos están esperando afuera.

Sus ojos azules que estaban más claros que el agua me miraron con ternura, me perdí un poco en ellos hasta que me di cuenta que recién despertaba y debía de estar hecha un monstruo.

Los rizos nunca ayudan cuando despierto.

—Esperenme un ratito, me cambio y voy- Dije sentandome en la cama, ella estaba parada enfrente de mí

—Si quieres les digo que vayan yendo y te espero yo, sé dónde queda el lugar al que vamos.

Asentí frenéticamente tratando de procesar la información, la rubia salió de la habitación y al instante busqué lo primero más decente que había en mi maleta y me fui hasta el baño para cambiarme.

Lavé mi cara rápidamente y ya lista salí, puse mis zapatos y me asomé a la puerta de la habitación.

—¿Ya?- Preguntó Miko

—Sí, vamos.

Mi bolso en una mano y mi celular vibrando en la otra.

Mari
ya me cambiaste por una rubia ojos azules?
👀👀
pensé que iríamos a pasear las dos juntas..

Suspiré, sin una respuesta en mente y solo bloqueé el teléfono esperando poder verla más tarde.

—Iremos a comer primero, luego nos encontramos con los demás, ¿te parece bien?- Preguntó mientras caminábamos, a mí no me quedó otra que asentir simplemente.

—Mari..? Y los demás, dónde están?‐ Me corregí antes de sentir que la cosa se ponía sospechosa.

Mariana no quería que nadie supiera nada, que mientras más escondido mejor, pero, verdaderamente llegaba a entenderla en un punto.

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