10

473 52 4
                                    

Ahora que pensaba mejor las cosas, escuchaba mas claro su voz y la recordaba atentamente, Victoria era increíblemente hermosa.

Sus ojos azules con una mirada dulce y suave, sus labios finos, brillantes que se notaban esponjosos, su cabello que como sea que esté le quedaba genial, su cuerpo que resaltaba con cada prenda que se pusiera encima y cómo no; esa sonrisita que mata a cualquiera.

—¿Entonces?.. ¿Tú mandaste todo esto?- Pregunté con total intriga, el corazón me latía rapidísimo y sabía muy bien que Mariana me mataría a penas se entere.

—Yo nunc dije eso- Su respuesta me hizo poner el triple de nerviosa.

¿No se daba cuenta del error que se trataba estar juntas?

¿No se daba cuenta que ya me gusta Mariana?

—Dime la verdad, Mariana llega a saber de esto y nos mata- Pedí por la línea, rogando que mi mamá no escuchara absolutamente nada de lo que digo.

—¿Te preocupas por Mari ahora? Calm down, ella está en California arreglando unos pendientes.

—Me preocupa porque justamente necesito y quiero hablar con ella.- Expliqué y por su parte no hubo respuesta- Escúchame Victoria, te agradezco demasiado por el regalo, de hecho, es un acto demasiado hermoso, pero voy a devolvertelo.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste, mis cosas las quiero conseguir yo y.. Además nunca te lo pedí.

—¿Por qué no vienes a Los Ángeles?

—¿Tú piensas lo que dices, en serio?

Un silencio bastante largo pasó, pero la rubia volvió a tomar la palabra antes de que siquiera suspire.

—Ya sé que no tienes trabajo, que tus padres están prestandote lugar.

Ah, encima de problemática, chusma.

—¿Quién te dijo eso?

—Nena, debes progresar hacia adelante, trabajar aquí en Los Angeles es una idea genial, ¿por qué siempre miras hacia atrás?

—No tengo un solo peso y pretendes que me instale allá.

—Yo lo pago todo. Just, hazme el favor.

—Victoria...

—No vivirás con nosotros, te daremos tu espacio, yo te rentaré un apartamento.

Tomé mi frente y peine mi cabello con desesperación hacia atrás, pensando sus palabras y tratando de responder algo siquiera coherente.

—¿Ale..?

—Voy a pensarlo.

—Está bien, sólo no lo pienses mucho bonita, sí?- Como no respondí ante eso soltó un suspiro largo- Cuídate, me llamas.

Yo, más Los Angeles, ¿podría triunfar eso?

De todas maneras tiene razón, de hecho, habla igual que Juan cuando se trata de mi futuro.

Ya estoy por encima de los veintitrés, mamá no debería ni preocuparse por lo que haga fuera de su casa. De hecho yo debería preocuparme por mí misma.

Ir a otro lugar donde posiblemente triunfe era un rotundo sí, empezar de cero otra vez también, ¿qué podía fallar? Le tenía miles de expectativas a Colombia y resultó siendo peor que Puerto Rico.

Pero tal como le dije, todavía debía pensar.















•••



Another | M&MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora