Maisie West y Charlie Bushnell son los mejores estudiantes de su escuela, conocidos tanto por sus logros académicos como por su feroz rivalidad. Ambos compiten en todo, desde las calificaciones hasta las actividades extracurriculares, siempre tratan...
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Rivalidad.
Esa palabra definía mi relación con Charlie desde que empecé la secundaria.
Hoy nos visitaba un escritor que venía a darnos una charla para fomentar la lectura. Asombroso. Nos encontrábamos en el podio del auditorio, Charlie y yo, frente a todos los estudiantes de la escuela. La directora nos había pedido a sus "mejores alumnos" que colaboráramos para presentar al autor Elian Gray. Aunque era una oportunidad para demostrar cooperación, la verdad es que quería hacerlo mejor que Charlie.
—¡Bienvenidos, estudiantes! Hoy tenemos el honor de recibir a Elian Gray, un autor cuyas historias han capturado la imaginación de muchos jóvenes como ustedes. El tema que tratara hoy será...
Mientras la directora seguía hablando delante de nosotros dos, Charlie estaba de pie a mi lado, con una sonrisa de niño bueno que intentaba disimular la feroz competencia que se cocía entre nosotros. Sabía que saldría volando para tomar el micrófono antes que yo y no estaba dispuesta a cederselo.
—Yo debería presentar a Elian Gray —murmuró Charlie para mí, mientras la directora Peters seguía hablando.
—¿Cómo por qué? ¿Qué tienes tú que yo no? —pregunté mientras planchaba mi vestido con las manos.
—He leído todos los libros de Elian Gray. Creo que tengo más derecho a presentarlo que tú —dijo Charlie con una seguridad que me hizo apretar los puños.
Yo también conocía a Elian Gray, bueno, lo acababa de conocer hace una semana cuando la directora dijo que vendría de visita. Pasé toda la semana leyendo sus libros porque sabía que Charlie ya los habría leído. No podía quedarme atrás. Tenía tanto derecho como él, es más, tenía yo todo el derecho de presentarlo.
—En fin, Maisie, Charlie, hacer el favor de presentarlo. Por favor.
La directora Peters nos ofreció el micrófono con su mirada pasando de Charlie hacía mí y viceversa. Alcancé el micrófono justo en el mismo momento en que él lo agarraba. Nuestros dedos se rozaron y pisé su pie mientras dada un paso al podio.
—Buenos días a todos. Hoy es un honor para nosotros tener la presencia de alguien de tal renombre en nuestra escuela —comencé, tratando de proyectar confianza y profesionalismo.
—Como saben, Elian Gray es conocido por sus historias cautivadoras que nos transportan a mundos increíbles y nos enseñan valiosas lecciones sobre la vida y la imaginación —intervino Charlie, jalando el micrófono hacia su pecho.
No estaba dispuesta a quitar las manos de él. Nos turnábamos para hablar, cada uno tratando de destacar y al mismo tiempo mantener la compostura.
Mientras Charlie y yo intentábamos equilibrar nuestras intervenciones, podía sentir la mirada penetrante de Elian Gray sobre nosotros. ¿Qué pensaría él de nuestra rivalidad, de cómo luchábamos por el micrófono y por la atención del público? El pie de Charlie pisó el mío y no me quedé atrás. Se lo pisé, de nuevo.
